Política del chantaje
COMPARTIR
TEMAS
Allá en Torreón, ante colonos invitados al arranque de los trabajos de Paseo Morelos, el todavía Gobernador anunciaba la instalación de una planta que generaría unos cuatro mil empleos. Esto sucedió hacia el fin de semana pasada. El Mandatario afirmó: Esto [la instalación de la empresa] es producto de cuatro cosas importantes. Primero, que volvió la tranquilidad. En ese punto, batalló para enumerar las siguientes. Espontáneamente, los invitados corearon un largo nooooo.
El Mandatario, en evento organizado para lucirse, tuvo que matizar: está volviendo la tranquilidad. La respuesta del auditorio se mantuvo: Noooo, no es cierto. No quedó más que salirse del guión y explicar sus cifras.
Lo importante acá es el remate: hay que mandar el mensaje correcto si no difundimos que están disminuyendo los homicidios, vamos a tener un problema grave si no lo decimos así, miren que se van las empresas si nosotros no mandamos ese mensaje, miren quién sabe qué pase.
Exponerlo así, aquí y en Corea, es asustar con el petate del muerto. Es optar por el chantaje antes que ofrecer una bien estructurada argumentación.
Puede que el asunto no sea un problema de cifras; es, por otro lado, un asunto de confianza: el discurso del Ejecutivo en duda permanente, aun cuando el contexto sea un evento organizado para él y por su misma gente. De ese tamaño.
En esos mismos días, le preguntaron por la postura de algunos empresarios de la Laguna respecto de su Ley sobre la declaración de ausencia por la desaparición de personas (que, señalan, traslada la carga al patrón en contra de normatividad federal). El todavía Gobernador contestó: tienen derecho a recurrir; [pero] no vayan a espantar un empleo de las empresas socialmente responsables. A las empresas socialmente responsables les gustan los lugares donde se respetan los derechos humanos (VANGUARDIA, noviembre 14, 2014). Otra vez, el chantaje.
Percatándose del mensaje, el reportero preguntó directamente: ¿Quiere decir que aquellos empresarios que se quejan de esta ley no son socialmente responsables?. Como quien tira la piedra y esconde la mano, se desdijo: No, no doy ninguna opinión de nada. Lo que digo es que a las empresas les gusta llegar donde se respetan los derechos humanos.
Pudiendo ser verdad, respetar los derechos humanos no se agota en el tema de la violencia.
En el 2009, el Consejo Internacional para el Estudio de los Derechos Humanos señaló que los Estados contravienen sus obligaciones en materia de derechos humanos cuando no toman las medidas apropiadas ni ejercen la diligencia debida para prevenir, castigar, investigar o reparar el daño causado por tales actos [de corrupción].
En Coahuila, en su administración, parece no encontraron mejor manera de celebrar los primeros 10 años de la transparencia que anunciando el extravío de archivos necesarios para esclarecer la megadeuda (VANGUARDIA, noviembre 22 del 2014).
¿Derechos humanos? Bueno y necesario es tener empresas que los respeten. Tendría que saberse la naturaleza de los incentivos ofrecidos por el Gobierno para afirmar qué valoraron más. Bueno, y necesario es que el respeto a los derechos humanos no sea un asunto de conveniencia, por el mero discurso, instrumento del chantaje.
La confianza se construye, no se decreta.
@victorspena
www.victorspena.net