Partidos comparsa
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No pocos ciudadanos consideran al Partido Revolucionario Institucional como la representación más que simbólica de los vicios de un sistema que gobernó al País durante muchas décadas, bajo esa óptica difícilmente algún partido podría resultar más odioso y, sin embargo, si hay opciones políticas más detestables, me refiero a los partidos comparsa.
Del PRI se esperan las costumbres históricas que rayan en la corrupción y el pragmatismo a ultranza, de alguna manera un sector de la población ya se acostumbró a vivir con eso y lo ve como normal, pero los partidos que giran en torno al Revolucionario Institucional representan la más vil mezquindad.
Y es que son meras franquicias que se alquilan para hacer el caldo gordo en las elecciones y denostar a los enemigos del PRI. Estos partidos muestran un régimen político en franca descomposición, la “legalidad” de su existencia deja mal parado al órgano electoral que los avaló y su modus operandi contribuye en gran manera a la crisis de credibilidad de todo el sistema político mexicano.
Estas franquicias permiten obtener financiamiento público que en no pocas ocasiones va a parar a los bolsillos de los líderes; estos dirigentes dicen representar campesinos, pero ostentan camionetas de gran lujo, un verdadero insulto para quienes los siguen.
Estos partidos morralla nada tiene que ver con las opciones políticas minoritarias de otros países considerados como la bisagra que permiten sacar adelante grandes reformas.
Por supuesto, malos partidos postulan malos candidatos, un ejemplo es Gerardo Rodríguez Moreno, candidato del Partido Humanista en el Distrito 4.
A Rodríguez Moreno, quien en su propaganda se autonombra “El Jerry”, le ha dado últimamente por declarar lo que haría si llega a la Cámara de Diputados; sin embargo, a estas alturas del partido le debe quedar más que claro que no tiene la más mínima posibilidad de triunfo, tal parece que sus aspiraciones tienen más que ver con revanchas personales o compromisos con el poder.
Y es que Rodríguez Moreno está relacionado con la constructora Begasa, empresa envuelta en un escándalo por la construcción defectuosa del puente en el periférico Luis Echeverría sobre Otilio González y favorecida con la asignación de obras en el sexenio de Humberto Moreira. La propia página de Begasa muestra como una de sus principales obras un puente vehicular construido en Ramos Arizpe y donde se puede ver el emblema publicitario con la frase: “El Gobierno de la Gente”.
Si el Jerry está por compromisos con el poder es comprensible la posición que asumió en el debate organizado por el Instituto Nacional Electoral, cuando sirvió de guarura del candidato priísta y atacó a los representantes de otros partidos que se atrevían a criticar al candidato tricolor.
Incluso llegó a decir que sus intervenciones eran “por alusiones”, cuando en ningún momento se refirieron a él; por el contrario, cuando lo tacharon de palero del PRI, el Jerry no dijo nada.
¿Qué seriedad puede tener un candidato que considera a los yonkeros y los taxistas como las clases más desprotegidas, y cuya principal propuesta es eliminar la credencial de elector?
twitter @bebefuerza
columnaacropolis@gmail.com