Necedad ahoga criterios en el Tec
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Cuando se pierde el sentido común, cualquier decisión estimula los nervios de la irracionalidad. Ante la duda, y para no lamentar posibles consecuencias, siempre es recomendable abrir el paraguas antes de que llueva.
Sin embargo, lo que ocurrió el sábado en el Tec fue un disparate. A algunos “criteriosos” se les ocurrió remar junto a la inundación, pese a ver al ahogado. Permitir que arranque el Rayados-Chivas y suspenderlo a los 11 minutos porque “no se podía jugar así”, fue un auténtico harakiri del árbitro, de la Femexfut y de todos los que están al frente de la organización.
El futbol puede ser un gran negocio, pero hay límites. No sólo es cuestión de hacer dinero, sino también es necesario usar la inteligencia para saber frenar la pelota a tiempo.
Dadas las adversas condiciones meteorológicas, la severidad del pronóstico del tiempo y al deplorable estado del campo de juego, nada favorecía para tener el estadio abierto.
El panorama era desalentador desde donde se le mire. Son de esas situaciones extraordinarias cuyos procedimientos que dicta el reglamento de la Federación salen sobrando. En todo caso, las reglas ayudan a tomar una decisión, pero es el razonamiento humano el que hace todo lo demás.
Era obvio que una cancha encharcada y bajo un impiadoso aguacero se iba a exponer la integridad física de los jugadores. La desafortunada lesión de Hiram Mier terminó por confirmarlo.
Como también era obvio que a lo menos que podía aspirar el desarrollo en un contexto de precarias condiciones para su ejecución, era a un mamarracho de partido.
Lo que se le hizo a la afición es otra arista cuestionable en esta salvajada. Una suspensión consensuada a tiempo, le hubiera evitado muchos trastornos a la gente. A la directiva le faltó olfato y sensibilidad.
Parece extraño que por el negocio de un partido de futbol, a los organizadores se les haya nublado la vista y no estuvieran al tanto de la caótica situación en la ciudad.
La directiva de Rayados reconoció, al final, que no debió empezar el juego. Salvador dijo que fue de mutuo acuerdo con Chivas posponer el partido. Es increíble que hayan utilizado el criterio para la reacción y no para la prevención. La cordura les llegó desfasada.