Narcotráfico 2.0
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Cuando Enrique Peña Nieto asumió el poder político de México el 1 de diciembre de 2012, se elaboró una lista de 122 capos del narcotráfico y/o de grupos delincuenciales los cuales son una amenaza para la estabilidad del país. La estrategia era detenerlos. Abatirlos. Minarlos. Eran los más buscados de la PGR. En parte se ha venido cumpliendo con dicho objetivo. Mediáticamente las capturas han sido alabadas, pero en el plano terrenal y vida cotidiana e inmediata, de nada ha servido. Esta es mi opinión y tesis, la cual voy a tratar de probar. Tal vez usted lector, difiera de mis ideas.
Entre los líderes capturados o abatidos, los más sonados han sido: el 15 de julio de 2013, Miguel Ángel Treviño, el “Z40”, líder del Cártel de Los Zetas. El 17 de agosto de 2013, Mario Armando Ramírez, “El Pelón”, uno de los principales líderes del Cártel del Golfo. Alberto Carrillo Fuentes, del Cártel de Juárez. Fernando Sánchez Arellano, Enrique Kike Plancarte, Joaquín Guzmán, el famoso “Chapo”… hoy la noticia de la detención de Servando Gómez, alias “La Tuta”, una de las cabezas visibles de los llamados Caballeros Templarios, ha dado la vuelta al mundo. Sí, pero su efectividad y pleno impacto en los delitos que esta estructura y delincuencia provoca, podría ser menor a la esperada.
El narcotráfico (y delitos derivados: cobro de piso, secuestro, extorsión, trasiego de estupefacientes, robo de autos, robo de ductos de gasolina, venta de armas, todo tipo de negocios ilegales…) ya no es como hasta hace apenas unos años se pintaba y se conocía. La organización piramidal de estas asociaciones delictivas se han convertido, se han balcanizado en células horizontales, sin líderes ni capos tan mediáticos o visibles, pero sí efectivos, los cuales siguen operando sin ser desmembrados. Una especia de narcotráfico versión 2.0 ante la globalización del negocio y de eso que los norteamericanos llaman business.
¿Detenido el líder, el capo, se acaba la rabia y el negocio? Al parecer no. Los cárteles ya no se sustentan en la apología y directriz marcada sólo por un hombre, eso es cosa del pasado inmediato. Ahora las estructuras tienden a ser horizontales donde todos ganan. Lo anterior también es una tesis mantenida por el mejor reportero del mundo de estas cuestiones, el italiano Roberto Saviano. Éste lo ha dejado por escrito en dos libros, el célebre “Gomorra” y “CeroCeroCero”, de reciente aparición, donde relata el trasiego y consumo de sustancias tóxicas, entre ellas la reina de todas, la cocaína en el mundo.
Esquina-bajan
Con la detención de Servando Gómez “La Tuta”, la violencia extrema que azota a Michoacán no se acabará de la noche a la mañana, como tampoco acabó la violencia en zonas amplias del país con la detención de Joaquín Guzmán Loera. De hecho, por lo general hay coletazos infaustos e ingratos cuando se detiene a un líder este calibre. Hoy en día viajar a Tamaulipas es imposible. No hay autobuses de ruta disponibles y en varias ciudades (Matamoros, Reynosa, Tampico, hay literales “toque de queda”). La vida aquí está pulverizada. El tejido social deshecho.
Hoy las células de los grupos delincuenciales son una red horizontal con capos o líderes entendidos como “responsables” de un espacio, de un segmento de operación, pero no como “líderes” o cabezas de toda la estructura o presidentes de la corporación. Esto para utilizar la jerga de empresas o negocios que al final de cuentas, esto es. ¿Qué es el cobro de piso? Hacienda llevada a límites demenciales. Si Hacienda no puede cobrar impuestos, lo hacen los grupos delincuenciales. Así de sencillo.
Aquella figura inolvidable de “El Padrino”, la cual popularizó Mario Puzo, ya es recuerdo hollywoodense. No más. Pablo Escobar está muerto. Joaquín Guzmán, “El Chapo”, está de nueva cuenta detenido. La mayoría del Clan de los Arellano Félix están muertos o detenidos. Héctor Beltrán Leyva, muerto. “La Tuta”, detenido. ¿Entonces por qué la violencia, la sevicia, la venta de drogas y todo tipo de atrocidades siguen? Hoy las estructuras son horizontales, no verticales. La balcanización de dichos cárteles es peor que su concentración.
Letras minúsculas
Michoacán merece paz, como toda la República. Dudo que esta llegue por la captura de un solo hombre.