Mirador
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Escuché una vez la historia de un escocés que presumía de ateo.
Iba en su barca por el Lago Ness y se le apareció de pronto el legendario monstruo, que abrió ante él sus espantosas fauces para devorarlo. El supuesto ateo clamó con desesperación:
-¡Dios mío, sálvame!
Venida de lo alto se escuchó una majestuosa voz:
-¿No decías que no creías en mi existencia?
-Señor âse justificó el hombre-, hace unos segundos tampoco creía en la existencia del monstruo de Loch Ness.
Hay una frase campirana que se refiere a quienes vuelven la mirada a lo alto sólo en momentos de dificultad. Dice esa frase: Tú te das golpes de pecho nomás cuando te atragantas.
En tiempos de ventura y de bonanza la fe se achica, desaparece casi. Cuando llegan los tiempos de tormenta vuelve otra vez a dar su luz. La fe vive siempre en nosotros, aunque nos olvidemos de ella.
¡Hasta mañana!...