Menos es más
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Alguien escribió: Para comprender el valor de un año, pregunta a algún estudiante que repitió curso. Para comprender el valor de un mes, pregunta a una madre que alumbró a un bebé prematuro. Para comprender el valor de una semana, pregunta al editor de un semanario. Para comprender el valor de una hora, pregunta a los amantes que esperan encontrarse. Para comprender el valor de un minuto, pregunta al viajero que perdió el tren. Para comprender el valor de un segundo, pregunta a una persona que estuvo a punto de tener un accidente. Para comprender el valor de una milésima de segundo, pregunta al atleta que ganó una medalla de plata en las olimpiadas.
Es cierto, el tiempo es un recurso poco comprendido, lo veo en el ámbito académico: muchos jóvenes suelen andar a contrarreloj, presionados, preocupados, inclusive agobiados y estresados. Pero desde mi punto de vista esto no se debe a la falta de tiempo, sino a la ausencia de una planeación adecuada.
Pequeña diferencia
En este sentido, el doctor Donald E. Wetmore, experto productividad, propone que para alcanzar niveles de excelencia en la escuela no es necesario trabajar más duro sino, más bien, saber emprender las actividades académicas de manera planeada, inteligente.
Y brinda un ejemplo interesante: En las carreras de caballos el caballo que llega en primer lugar puede hacer ganar a su dueño 50 mil dólares, mientras el que llega en segundo lugar obtiene 25 mil dólares; es decir, el número uno gana el doble que el segundo, no por haber corrido la distancia doble, o el doble de rápido, pues la diferencia para alcanzar la victoria pudo haber sido una cabeza de diferencia.
La comparación es útil: no es necesario que un estudiante ponga el doble de esfuerzo para alcanzar niveles superiores de desempeño, más bien requiere avanzar una cabeza para incrementar significativamente su productividad.
El costo de oportunidad
Muchas veces â sugiere el doctor Donald â la administración del tiempo tiene mucho más que ver no en aquello que estamos haciendo, sino más bien, en lo que estamos dejando de hacer; entonces, la pregunta obligada sería ¿cuál es el costo de oportunidad, el sacrificio, que tenemos al hacer lo que hacemos? ¿Cuánto vale aquello que sacrificamos, eso que desaprovechamos?
Hábitos indeseables
Los estudios emprendidos por el doctor Donald sugieren cuatro malos hábitos que todo estudiante debe evitar si en verdad desea incrementar su rendimiento académico:
1.- Empezar el día sin un plan de acción.- Si un estudiante inicia su día sin un plan es muy probable que se incline a realizar lo que es urgente, pero no lo importante, pues siempre la llanta que más rechina es la que recibe la mayor parte de la grasa (atención). Es como si la cola moviera al perro. Sin plan no hay sentido de rumbo.
Al no contar con un plan otras personas â no por malas â tomarán su tiempo indiscriminadamente. Si no hay plan posiblemente trabajará arduamente, pero no se terminará lo que debe realmente de hacer.
La administración del tiempo no significa hacer las actividades equivocadas más rápido, sino hacer las cosas correctas de la manera adecuada.
2.- Salirse del balance en la vida.- La vida tiene, por lo menos, siete ámbitos vitales: salud, familia, finanzas, intelectual, social, profesional y espiritual. Sin embargo, no necesariamente se le dedica la misma intensidad de tiempo a estos ámbitos, en calidad y cantidad, situación que en el largo plazo provocará un seguro desbalance en la vida.
Si somos negligentes en cualquiera de estos siete ámbitos eventualmente sabotearemos el propio desempeño.
Esto se asemeja a una mesa, si una pata es más larga o corta que las demás habrá inestabilidad, y tal vez la mesa pierda su razón de ser.
En este sentido el doctor Donald comenta que si no dedicamos tiempo a la salud, luego la familia y el ámbito laboral se verán perjudicados. Si, por ejemplo, el ámbito financiero se desbalancea, entonces se perderá concentración para alcanzar las metas intelectuales y así sucesivamente.
3. Trabajar en un espacio desordenado.- Comenta el doctor Donald que existen infinidad estudios que muestran que si un estudiante trabaja en un espacio desordenado, en promedio perderá una hora diaria buscando las cosas que se le pierden o bien inevitablemente derrochará tiempo en vanas distracciones. Esto significa que en una semana siete horas serán totalmente improductivas ¡casi una jornada completa de trabajo! (en un año representarían 15 días derrochados).
Personalmente me impresiona la manera en que perdemos tiempo por falta de orden; por ejemplo, nos ahorraríamos toneladas de minutos si tuviésemos el hábito de dejar por la noche preparado â y en un lugar específico - lo que por la mañana vamos a necesitar (ropa, útiles escolares, etc.).
Posiblemente 5 minutos de orden por la noche representan alrededor de 25 minutos de ahorro por la mañana; además, para colmo, por la mañana es frecuente que no se encuentre lo necesario para salir de casa (aplica irremediablemente la ley de Murphy).
Un estudiante que tiene el hábito del orden y la organización será también un profesionista ordenado y organizado (¡no hay milagros!).
4. Descanso insuficiente.- El doctor Donald también comenta que existen investigaciones que muestran que alrededor del 75 por ciento de los estudiantes (Estados Unidos) se quejan cotidianamente que se sienten cansados o desganados. Posiblemente duermen el tiempo adecuado, pero no con la calidad apropiada. La razón: sus días se encuentran llenos de estrés, están fuera de control, trabajando muy duro, pero no de manera inteligente, esto provoca que no descansen lo suficiente creándose así un círculo vicioso.
La idea es simple: hay que planear el día y luego trabajar el plan, entonces la productividad se incrementará, lo que a su vez creará un nivel mayor de satisfacción aumentando la autoestima lo que a la vez ocasionará que disminuya el estrés.
Recuerdo lo que un pensador decía: para estar bien despiertos hay que estar bien dormidos, pero la verdad es que generalmente le robamos horas a la noche para luego caer en la fatiga y el agobio.
Una buena idea para descansar como Dios manda, es hacer ejercicio regularmente (por lo menos 30 minutos, cinco veces a la semana), así como llevar una alimentación nutritiva y balanceada, lo que en muchas ocasiones omitimos por la desorganización.
Para pensar
Hay ocasiones en que menos es más; por ejemplo, si tenemos menos cosas innecesarias en el espacio en cual trabajamos, alcanzaremos más rendimiento; si dedicamos menos tiempo en realizar actividades improductivas (televisión, distracciones, etc.) conseguiremos más de los objetivos planeados; cuando menos desperdicios tenemos, más ganancias obtendremos; a menos apego por lo material, más felicidad alcanzaremos; cuando menos comida chatarra comemos, más salud tendremos; cuando menos dejamos para mañana lo que hay que hacer hoy, más fructíferos seremos.
En fin, cuando malgastemos menos el tiempo tendernos mejor calidad de vida y también seremos mucho más productivos; pero, para administrar efectivamente el reloj, es imprescindible el orden, la organización, la disciplina y una férrea voluntad.
Sin duda, para obtener rendimientos superiores hay que balancear la vida sabiendo que no es necesario hacer cosas extraordinarias; más bien, aprender a emprender lo ordinario extraordinariamente bien y para eso todos los días requerimos de un plan de acción alineado a la individualísima misión que cada persona tenemos en la existencia.
cgutierrez@itesm.mx
Programa Emprendedor
Tec de Monterrey Campus Saltillo