Los de ellos y los nuestros son anuncios muy idiotas, ni modo
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Es de Galileo, si no me equivoco, la frase de que hablar con poca claridad lo sabe hacer cualquiera; pero claramente, poquísimos. Carlos Alazraki es de estos últimos, eso que ni que.
Llegan las campañas y aparece de nuevo el famoso publicista, siempre del lado del PRI, siempre disfrutando las polémicas de la propaganda. Cómo olvidar, por ejemplo, su “Dale un madrazo al dedazo”, de 1999, embarcado en la desfavorable empresa de empujar al retador Roberto Madrazo contra el candidato “oficial” Francisco Labastida.
Pues bien, han comenzado las campañas con una vivacidad insospechada gracias a la propaganda negativa. El PAN sorprendió el domingo con un spot en que hablaba de las ching… y la poca mad.. del PRI (así, con puntos suspensivos). No estoy seguro que en los cálculos estratégicos de los azules estuviera la respuesta vertiginosa del mariscal Alazraki, quien dice con autoridad: “La estrategia es mía”.
–¿Cómo se llama esta respuesta inmediata que calca el spot del adversario?
–Tontería –responde antes de soltar una carcajada el casi septuagenario publicista-. Son dos tonterías, en realidad. Es un anuncio muy idiota el del PAN, que no viene al caso. Acusar al presidente del PRI porque compra relojes caros con su dinero, haciéndolo ver como corrupto, se me hace una ofensa muy fuerte. El que nosotros contestemos idéntico, se me hace otra ofensa fuerte, porque el electorado no gana nada. Pero tampoco nos íbamos a dejar.
–¡Tontería!
–Del tamaño del mundo.
–¿No hay de otra?
–Hay unos axiomas de mercadotecnia que son muy fáciles. Generalmente, el líder no contesta, pero cuando te ofenden con cosas falsas, tienes que contestar, si no el público va a creer que lo que dicen de ti es cierto.
–Ojo por ojo.
–Sí, pero nosotros no queremos eso en lo más mínimo, que quede claro. Es pérdida de tiempo. Nosotros andamos en otra onda y no queremos perder el tiempo en eso. Ellos lo hacen porque les funcionó muy bien con Fox y Felipe. Pero ahorita son elecciones intermedias. Todo mundo odia a los diputados, son los últimos en aprobación, nadie los conoce ni se entera si ganaron o perdieron. Los diputados son una bola de cínicos, todos. Y es una intermedia de voto duro, de 40, 42% de participación.
–Pero ni modo, a seguirle a la tontería.
–Sí, sí, tienes razón –se vuelve a carcajear-. Nosotros seguro que no vamos a atacar, pero sí nos vamos a defender. Por supuesto. Por supuesto.
Clarísimo. Será una temporada de muchas “tonterías”.
