La sustentabilidad, tan lejos, tan cerca

La conciencia colectiva para avanzar en el desarrollo sustentable, en el contexto mexicano, en general, es débil, aunque lentamente ha comenzado a fructificar. Despertar el interés de la población en este tema, y en particular de los niños y los jóvenes, es un desafío en el que las autoridades educativas y los gobiernos en general, han mostrado poco interés y compromiso.

Sabemos que la educación ambiental es un proceso continuo que comienza al nacer y termina con la muerte. En efecto, la formación de una cultura ecológica en la sociedad se logra mediante la asimilación y práctica de valores, conocimientos, actitudes y aptitudes acerca de la relación de los humanos con la naturaleza y de cómo implementar recursos e instrumentos para realizar acciones concretas a favor de la conservación del medio ambiente y de sus componentes.

Es de tener en cuenta que la educación ambiental implica fundamentalmente una actitud de valoración y entendimiento del entorno ecológico mediante el interés por el medio ambiente, así como la motivación para mantener una acción dirigida a su mejoramiento protección y conservación. También son necesarias las aptitudes para determinar y resolver la problemática ambiental; adquirir conocimientos y relaciones acerca del medio ambiente para lograr una mayor sensibilidad y conciencia de esta problemática y, ante todo participar con la comunidad en las tareas proyectos y programas que busquen dar solución a las cuestiones ambientales.

Un elemento por el que puede comenzar la sustentabilidad es el hogar. Se pueden colocar llaves de agua, duchas e inodoros ahorradores para reducir el consumo de agua, así como utilizar pinturas amigables con el ambiente, dándole un toque ecológico a tus espacios.

Por fortuna, es ya un lugar común recomendar y utilizar el método de las 3R: Reducir, trata de consumir sólo lo necesario y evita el derroche; consume de manera racional y consciente el agua, la energía y el gas. Reutiliza, usando al máximo los productos, evita el desperdicio; limpia los frascos y reúsalos; adquiere y consume productos en envases retornables; junta el agua de lluvia y utiliza la recolectada para regar tus plantas, lavar autos y hasta para asear pisos y banquetas. Recicla, se trata de transformar los desperdicios domésticos para usarlos en nuevos materiales útiles; por ejemplo, reciclar papel y cartón; arma tu compost convirtiendo tus desechos orgánicos en tierra fértil para tus plantas.

Lamentablemente, en Saltillo no se ha podido llegar a que la población separe la basura orgánica de la inorgánica, lo cual ya se hace en algunas ciudades del País como Querétaro y el Distrito Federal. Aquí no ha habido voluntad política de las autoridades municipales para proponerlo y avanzar en esta cultura del cuidado del ambiente. Ojalá y el próximo Plan de Desarrollo Municipal 2014-2017 lo contemple, y con ello se avance un poco en cuanto a desarrollo sustentable; de hecho, algunas tiendas de autoservicio se han adelantado a las autoridades promoviendo programas de reciclaje, como la separación de materiales de desecho.

Una idea relativamente reciente en la gestión de residuos es la de tratar el material de desecho como un recurso para ser explotado en vez de un problema por eliminar, ya que la eliminación sin más es insostenible a largo plazo. Hay diferentes métodos para extraer recursos desde los residuos con diferentes tecnologías y métodos que están en desarrollo constante; hay mucho que decir sobre este tema y mucho más es lo que hay que hacer.

En conclusión, todos podemos entrar en la corriente de la sustentabilidad utilizando en el hogar productos sustentables y desarrollando una conciencia mínimamente ecológica, en el cuidado del agua, de la energía y en el tratamiento de la basura, así como en el de la naturaleza del contexto en el que vivimos la Ciudad, el Estado y la Nación. Hay mucho que hacer al respecto, porque de ello depende el porvenir de las generaciones futuras. Nada más.