Las preponderancias coahuilenses
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En el diccionario de la Real Academia Española la preponderancia se define como: Influjo, dominio o superioridad de una cosa sobre otra. También busqué sinónimos de preponderancia, helos aquí: preeminencia, predominio, relevancia, supremacía, superioridad. Es muy importante tener claridad en las definiciones, por eso las apunto, estimado leyente. Quiero entender lo que sucedió el domingo 6 de julio en nuestra Coahuila, pero sin odios y sin llantos, a la luz de la racionalidad y el razonamiento. Porque no me cabe duda que las preponderancias definieron los resultados de una elección que era sustantiva para nuestro estado, por la trascendencia que traería consigo si los electores hubieran optado por una mayoría distinta a la que por 84 años ha imperado en el Congreso local.
La clase política priísta, tras los largos años de detentar el poder en la entidad, ha ido adquiriendo una especie de espíritu de cuerpo que le ha permitido monopolizar a su favor una serie de aptitudes y habilidades sine qua non para mantenerse en el poder, no obstante los dos sexenios que el PAN gobernó al país. Se ha convertido en un referente de longevidad sui generis que transitó a costumbre, derivado de esta, quienes están en la base de la pirámide tricolor, se han resignado a ser eso: BASE. No les genera prurito alguno el ser utilizados como pertenencias del partidazo, su cosificación está aceptada, se asumen como objetos, reconocen el mando que sobre ellos tienen como un derecho absoluto de los liderazgos de cierta familia o grupo. Bajo este entendido el voto duro del PRI prevalece y se mueve o no se mueve, según instruyan. El domingo pasado, simplemente cumplieron con su razón de ser. Preponderancia No. 1.
La clase dirigente se asume como tal, no batalla con monsergas de sentimentalismos, ni cargos de conciencia, simplemente ordena y vigila que se cumpla a pie juntillas el mandato. Sus muchos años en el poder les han permitido generar una estructura PAGADA con recursos públicos, que no les representa ningún problema de carácter legal, porque quien indaga y sanciona esos ilícitos, es parte de la nómina tricolor, de modo que todo queda en familia. Además, las elecciones son el negocio de la vida para la clase política sin escrúpulos. En Coahuila lo son. Maximizan las o portunidades de hacerse rico a costa del erario público en el corto plazo. Por eso jamás el PRI ha querido que se junten las locales con las federales. ¿Para qué limitar operaciones? De paso paga cuotas a sus criaturas, siete aventó al ruedo en esta que culminó el domingo. Total, la sociedad ni protesta. Preponderancia No. 2.
Pero hubo más. La corrupción está arraigada hasta el tuétano en la vida cotidiana de los mexicanos, Coahuila no es la excepción, incluso somos ejemplo, triste ejemplo, a nivel nacional, de lo que es ser robados a ojos vistas, en proyección nacional y a todo color, por una gavilla â con perdón de los gavilleros â de despatriados â porque ninguno de los sinvergüenzas que la integran tienen patria â pero al 60 por ciento de los electores NO LES IMPORTÓ y dejaron que el priato volviera a llevarse el carro completo, montados en su singular indiferencia. Incluso van de nueva cuenta a ocupar curules, Francisco Tobías, Verónica Martínez y Shamir Fernández, ínclitos diputados priístas de la 58 Legislatura que legalizaron las raterías de la administración de Humberto Moreira. Preponderancia No. 3. Usted póngale nombre.
La otra preponderancia que estuvo presente es la nuestra, la de mi partido, la mía, por la que debo responder, y que contribuyó a los resultados del domingo. Es la preponderancia de nuestra inconsistencia, de nuestra tozudez, de esa necedad reiterativa de repetirnos con los mismos yerros La gente que vota por el PAN lo hace con convicción de que somos alternativa seria y responsable y de que podemos hacer las cosas diferentes. Entonces hagámoslas, no tenemos derecho a mermar esa esperanza.