La sentencia
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La noticia me dejó horrorizado. La semana pasada a través de twitter me llegó un mensaje preguntándome si este tuit era real: “#ReynosaFollow CIERREN SUS CUENTAS NO ARRIESGUEN A SUS FAMILIAS COMO LO HICE YO. LES PIDO PERDÓN”, el tuit era del usuario @Miut3 y venía acompañado de dos fotografías de una mujer, en una aparecía frente a la cámara y en la otra aparecía asesinada. Desafortunadamente sí era real. Se trataba de la doctora María del Rosario Fuentes Rubio, una persona que se había dedicado los últimos años a advertir y documentar a través de twitter hechos violentos por parte del crimen organizado en la ciudad de Reynosa, Tamaulipas. Primero lo hizo como administradora de la cuenta @ValorporTamaulipas con otra persona –aún en el anonimato- y luego por separado a través de una cuenta con el seudónimo de “Felina”.
Según reportes de medios locales el secuestro de Fuentes Rubio no tuvo relación con su labor en redes sociales, la Revista Zócalo documentó que varias camionetas llegaron a la clínica Tierra Santa y sustrajeron a la doctora y a un par de personas, el motivo era la venganza por la muerte de un niño de cuatro años que había ocurrido por una supuesta negligencia médica. El grupo de secuestradores eran parte del crimen organizado y fue hasta que le quitaron sus pertenencias a los raptados que supieron, por su teléfono celular, que se trataba de la tuitera @Miut3, usaron su cuenta, la exhibieron y la asesinaron. Sin el menor reparo lo anunciaron al mundo.
Cuando leí la noticia iba rodeado de gente que participa activamente en twitter y además cuentan con más de 20 mil seguidores en sus cuentas, inmediatamente se mostraron atemorizados, concluyeron que –aunque no son temas recurrentes en sus conversaciones en redes sociales- evitarían el tema del narcotráfico, la inseguridad y los cárteles a toda costa. Pensé en la incapacidad del gobierno, en la violencia desbordada, en las visitas del Secretario de Gobierno, Miguel Ángel Osorio Chong a Tamaulipas, en como twitter despertó primaveras árabes, exhibió abusos en tantos países, y de cómo en México las redes sociales son un terreno en total indefensión.
Han pasado ocho días y el asesinato expuesto al mundo de una mujer está impune, a veces el tema ocupa una nota perdida dentro de diarios nacionales, sobre todo cuando se trata de diputados locales exponiendo una enérgica condena o del esfuerzo de organizaciones ciudadanas para esclarecer el caso, pero hasta ahí, poco a poco desaparece la noticia de los medios.
Hace unas semanas, las imágenes del asesinato del periodista James Foley, el reportero estadounidense capturado en Siria, le dieron la vuelta al mundo y todos los medios en México recuperaron la nota y mostraron su indignación; aún no entiendo por qué la noticia de esta periodista ciudadana no levantó una indignación parecida y una cobertura igualmente agresiva por los medios nacionales. Se nos desaparecen las víctimas, con el paso de las horas –ni siquiera de los días- una tragedia supera a la otra, los muertos se acumulan la impunidad también. México el país donde 140 caracteres son suficientes para sentenciar tu muerte.