La Reforma Energética y sus Regímenes Fiscales
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Dado que Pemex no tiene la experiencia como el capital suficiente para desarrollar todo el potencial energético mexicano, el Gobierno decidió reformar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en Materia de Energía.
Mucho se habla últimamente de esta Reforma Energética y la aprobación que se hizo ayer al dictamen que reforma los artículos 25, 27 y 28. Si bien, el dictamen habla de muchos temas, la intención de este artículo es explicar brevemente los distintos regímenes fiscales que se plantean y el por qué son importantes.
Si existe un común denominador en la industria energética mundial, este es que los desarrollos de campos petroleros se miden en base a su riesgo y su retorno. El riesgo viene de invertir capital y experiencia o "know-how". Se dice riesgo porque el perforar un pozo exploratorio no tiene ninguna garantía de que vaya a brindar gas o petróleo.
Inclusive, si el pozo brinda resultados, tampoco es garantía de que las cantidades de petróleo o gas vayan a ser rentables comercialmente. Al día de hoy, se habla de un 22% de éxito promedio en desarrollo de mega proyectos a nivel mundial. A su vez, el retorno viene al explorar y producir con éxito dicho yacimiento.
Con el fin de simplificar, y de acuerdo con la empresa Petroleum Regimes Advisory, los cinco tipos de contratos de los que se hablan en el Dictamen varían dependiendo de dos cosas. La primera es: ¿Quién tiene los derechos de exploración? Y la segunda es: ¿Quién es propietario de la producción una vez que ya no se encuentra en el subsuelo?
I) Contratos de servicios. Tanto los derechos de exploración como el resultado de la producción son del Gobierno. Esto es algo a lo que ya estamos acostumbrados en México. En resumen, se pide y paga por un servicio, punto.
II) Contratos de utilidad compartida. Al igual que los contratos de servicios, los derechos de exploración y producción son del Gobierno. La diferencia aquí es que un porcentaje de la utilidad o ganancias de la venta del petróleo (una vez que el gobierno decida venderla a quien quiera) va al inversionista. Esto es semejante a una empresa mixta o "jointventure" donde los porcentajes de participación pueden variar.
III) Contratos de producción compartida. Los derechos de exploración son del estado pero la producción se comparte con el inversionista. Este tipo de contratos empezaron en Indonesia, donde la empresa estatal estaba buscando atraer inversionistas sin darles derecho de exploración. Algo similar a pedirle a un contratista que construya algo en tu propia tierra.
IV)Contratos de licencia. Con la transmisión onerosa de los hidrocarburos una vez que hayan sido extraídos del subsuelo; Los derechos de exploración y producción (extraída del subsuelo) son del inversionista por un tiempo delimitado. Obviamente, la producción va a llevar niveles importantes de impuestos, que es de donde el Gobierno hace dinero. El nivel de impuestos será sujeto a las licitaciones. Mundialmente varía desde 30% hasta más del 90%, normalmente depende de que tan jugosos son los prospectos geológicos.
Existe un tipo de contrato en el ámbito internacional llamado "Concesión" en donde actualmente hay debate fuera del pleno donde se pregunta: ¿cuál es la diferencia entre una concesión y un contrato licencia"? En palabras del senador David Penchyna, en entrevista con Carmen Aristegui, dijo: "La concesión está cediendo la explotación de un espacio de la nación a cambio de una contraprestación: derechos, impuestos, utilidades, regalías, que constituirán ingresos para los mexicanos". Aquí no se permitirá hacer registro a las transnacionales de las reservas mexicanas en el subsuelo.
Lo recomendable es no debemos dejarnos llevar por el título que dicho contrato pudiese llevar. Lo importante es ver dentro del contrato y hacernos las preguntas anteriores para poder entender la substancia de lo que se está hablando.
V)Cualquier combinación de las anteriores. Tal como su nombre lo indica, lo importante es entender que no hay una formula específica para dictar el régimen a utilizar dado que las variables pueden complicarse de país en país y de yacimiento en yacimiento. Según investigaciones; 16 de 141 contratos mundiales son mixtos.
Cabe señalar, que si vamos del primer al cuarto tipo de contrato; el carácter del contrato pasa de ser "relación/trato" a "propiedad" (si tomamos el contrato licencia como símil a la concesión). En cuanto al control del gobierno; este es cada vez menor, mientras que el interés del inversionista es inversamente proporcional.
Esto me lleva a la siguiente pregunta: ¿Por qué necesitamos cinco tipos diferentes en México?
Distintos tipos de yacimientos requieren distintos niveles de atracción, no es lo mismo pedirle a alguien que desarrolle Gas Lutita Shale Gas (o Chicontepec en Veracruz) en tierra, contra pedirle a alguien que desarrolle un campo costa fuera a cientos de kilómetros de distancia de la civilización.
De la misma manera, no es lo mismo atraer a alguien para que desarrolle un proyecto en el cual ya se sabe que existen reservas contra pedirle a alguien que vaya y perfore (de nuevo, cientos de kilómetros costa fuera) en un campo totalmente virgen, donde no se sabe con certeza si existen reservas.
Esto quiere decir que si yo soy un gigante petrolero, dígase BP, Shell, Chevron, etcetera y se me ofrece un contrato de servicios para desarrollar yacimientos en aguas profundas; no voy a estar interesado por el simple hecho del riesgo que este implica.
En cuanto a los plazos y términos de dichos contratos, estos se detallaran en la legislación secundaria (fuera de la constitución), se tendrán que licitar y poner distintas condiciones de inversión, capacidades técnicas, fortalezas económicas, garantías ambientales, etcetera, para que se lleguen a firmar cualquier tipo de contratos.
Lo cierto es que para que dicho paso se llegue a tomar, se deben alinear tanto los intereses del gobierno como los de las empresas interesadas.
Falta mucho todavía para que este cambio produzca barriles de petróleo, lo cierto es que esto solo va a ser posible si se establece un régimen fiscal que sea sustentable en el largo plazo.
Merlin Cochran es un mexicano con varios años de experiencia en la industria energética. Su experiencia lo ha llevado a trabajar en seis países distintos, desde México hasta Irak donde actualmente reside. Se graduó del ITESM como Ingeniero Civil, hoy se encuentra cursando estudios de posgrado en Harvard Business School y empezando su maestría en Petróleo y Gas por parte de la Universidad de Negocios en Aberdeen (Aberdeen Business School), Escocia.
Merlin Cochran