La guerra del comercio
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El comercio es una de las actividades primitivas del hombre. Los fenicios son reconocidos como el pueblo más comercial del mundo antiguo. Sus dos principales ciudades ejercieron el monopolio de todos los productos de Asia: sedas, púrpuras, lanas, elefantes, caballos, pedrerías, etc. Atrevidos comerciantes y buenos navegantes para quienes el comercio era todo, llevaron sus productos a través del mar hasta pueblos lejanos y a su paso crearon fábricas y colonias militares, siempre con la mira puesta en esa actividad, entre ellas Cartago, la más célebre de las colonias fenicias.
A través de su historia, Saltillo no se ha distinguido por ser una ciudad comercial a pesar de que en el siglo 18 su feria llegó a ser considerada la tercera más importante de la Nueva España, sólo atrás de las de Acapulco y Xalapa. Los españoles sólo se preocuparon de que sus galeones cargados de oro procedentes de sus posesiones coloniales llegaran sanos y salvos a sus puertos, descuidando la agricultura, la industria y el comercio de sus colonias.
Es imposible vivir sin el comercio, aunque a veces los mismos comerciantes acaben por echar el asunto al pozo. En estos últimos días, han surgido en la ciudad dos polémicas en las que comercio y comerciantes son los protagonistas. La primera se da en torno a los eventos musicales que desde hace 12 años se realizan semanalmente en la Plaza del Compositor en la colonia República Oriente. Los vecinos se quejan del desorden que provocan las presentaciones y la suciedad que dejan los puestos de comida instalados en el lugar. La segunda polémica surge ante el anuncio de las autoridades municipales respecto al cambio del evento dominical La calle cobra vida, ahora llamada, creo, Échate el rol en la Alameda. Se trasladará de la calle Victoria a las calles circundantes a la Alameda Zaragoza con el fin de no perturbar el libre flujo de automóviles en el centro. Más que el cambio de espacio, la discusión se ha centrado en la posibilidad anunciada de permitir la instalación de puestos comerciales en el tramo. La gente recuerda el estado lamentable de la Alameda invadida durante años por los comerciantes y cómo Jericó Abramo le devolvió la vida cuando los retiró durante su gestión como presidente municipal. ¿Se les permitirá de nuevo adueñarse del tradicional paseo saltillense?
Es un hecho que al hombre le son indispensables determinadas cosas para satisfacer sus necesidades, y que ante la imposibilidad de relacionarse directamente con ellas surge el comercio y los comerciantes que realizan las operaciones mercantiles comprando, vendiendo, cambiando y negociando los objetos y productos que las personas necesitan para su sobrevivencia y aun para su entretenimiento y diversión.
El espíritu mercantil de la célebre Cartago también provocó batallas. Durante más de 100 años, los romanos sostuvieron feroces guerras con los cartagineses por el dominio del Mediterráneo y el tránsito marítimo de las mercancías, la última de las cuales, una verdadera masacre, dio realidad a la famosa frase de Catón: Delenda est Cartago. Ya dueños del mar, los romanos abrazaron el comercio e hicieron de Alejandría el emporio comercial del mundo entonces conocido.
Donde la gente se reúne, el comercio se establece y el Municipio se enriquece cobrando piso a los comerciantes. Ambos deben sujetarse a las leyes mercantiles dictadas para el efecto, pero la autoridad municipal está obligada principalmente a cuidar de los paseos que frecuentan y los lugares donde residen los habitantes del municipio al que gobierna.
edsota@yahoo.com.mx