La cuadratura...
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Suéltenos al matemático Miguel Ángel Wheelock y a su servidor el juguetito del PAN y verán lo que podemos hacer prometo la victoria
Damas y caballeros del Jurado, me autoproclamo dueño de la verdad y aviso a ustedes que, pomposamente, he encontrado la cuadratura del círculo. Bueno, me bajo de la nube que en un segundo erigí y les comento que más sencilla la cosa no puede ser. Les presento entonces mis torpes argumentos para contextualizar lo que al final de la columna les voy a contar. Bueno, incluso de una vez se los digo: si el partido que huele a incienso, mirra y mortaja, pero que está en franco estado de descomposición debido a sus escándalos, el Partido Acción Nacional, no gana la gubernatura de Coahuila en el año 2017 es porque no quiere.
Aquí me planto y digo, históricamente la ecuación es sencilla: si los votantes van a la urna, hay alternancia en las posiciones políticas a disputar. Tomamos como ejemplo y en base a números de Parametría, la jornada electoral del 4 de julio de 2010, donde se renovaron 12 gubernaturas. Es decir, números que nos competen a nosotros e incluso, son Estados vecinos lo cual nos da una idea clara por dónde transita la democracia regional. Los datos duros son: 9 fueron ganadas por el PRI y el resto por alianzas entre el PAN, PRD, Convergencia y Movimiento Ciudadano. El número de afluencia de votantes contribuyó a la alternancia en Oaxaca, Sinaloa, Puebla, Aguascalientes y Zacatecas.
De acuerdo con los números de Parametría, en estas entidades el porcentaje de votantes aumentó con respecto a los números de la elección anterior para gobernador. En Oaxaca, por ejemplo, entidad gobernada por el PRI por 82 años, la participación ciudadana llevó a la Gubernatura a Gabino Cué, miembro del Movimiento Ciudadano. En el caso de Zacatecas, entidad que gobernaba el PRD desde 1998, la arrebató el PRI con una participación ciudadana de 5 puntos porcentuales más. En Sinaloa, donde ganó el PAN-Convergencia, el expriísta Mario López ganó con 3 puntos porcentuales más sobre la afluencia natural de votantes.
En Puebla, la participación ciudadana creció dos puntos porcentuales con respecto a la normal, de un 55 por ciento de la elección pasada. Aquí ganó el panista Rafael Moreno Valle. Otro caso paradigmático es Aguascalientes donde ganó el priísta Carlos Lozano y éste le arrebató la gubernatura al panismo. ¿Ya notó la constante? Si los votantes salen a votar hay alternancia. Salen a votar por una esperanza de mejor vida. Pero insisto, el PAN se está inoculando el germen de su propia destrucción. ¿Alguien votará por ellos?
Esquina-bajan
Y ojo, lo mejor viene al final. En Tamaulipas ganó Egidio Torre, hermano del candidato asesinado, Rodolfo Torre, priístas ambos. Pero, da la casualidad que aquí la votación para Gobernador tuvo una caída de 12 por ciento con respecto a su anterior elección estatal. Y aquí y no en otro Estado, se están concentrando todas las modernas plagas bíblicas: el flagelo del narcotráfico, los secuestros, las extorsiones, los narco-bloqueos. Uf.
¿Ya lo sabe? la región Noreste, Nuevo León, Tamaulipas y Coahuila tendrán elecciones para Gobernador en fila india: 2015, NL (el PAN tiene en Margarita Arellanes una candidata fuerte); en el 2016, Tamaulipas (en el senador Francisco Cabeza de Vaca, el PAN tiene una opción que tiene acalambrados al PRI) y Coahuila en el 2017. ¿Quién del PAN para Coahuila? Carajo, es impresionante que los únicos que no quieren ganar aquí son los miembros del PAN. Con Chilote López Villarreal al cual le marca la agenda un diario local y con un eterno candidato perdedor como es el lagunero Guillermo Anaya, vamos a la ruina.
Las posibilidades reales de un eje azul están a la vista y a la mano. Desgraciadamente el PAN no se lo cree. No en Coahuila. La ecuación es sencilla de a madre: si la gente sale a votar, castiga al PRI y ganan los partidos opositores. La gente se queda en su casa, el PRI y su voto duro ganan.
Letras minúsculas
Caray, suéltenos al matemático Miguel Ángel Wheelock y a su servidor el juguetito del PAN y verán lo que podemos hacer prometo la victoria.