Irán y la avalancha geopolítica tras el acuerdo
COMPARTIR
TEMAS
Los resultados de las negociaciones diplomáticas parecen estar generando demasiadas repercusiones, como para pensar en paz.
El acuerdo nuclear firmado entre Irán y las potencias ha generado una verdadera avalancha geopolítica. Los rivales de Teherán han comprendido que: (a) el acuerdo difícilmente tiene reversa, (b) el acuerdo detiene temporalmente el proyecto nuclear iraní, pero le legitima como potencia nuclear, y (c) el acuerdo fortalece a Irán en el corto plazo pues, tras la liberación de sanciones, catapulta su capacidad de mantener y quizás ensanchar su esfera de influencia. Para contrarrestar los efectos en el corto plazo, dichos rivales de Irán ya toman las primeros medidas. Me concentro en tres casos:
1. Arabia Saudita ha puesto en marcha estrategias como: (a) Su intervención militar en la guerra civil de Yemen para detener el avance de los Houthis, apoyados por Irán; (b) La creación de una fuerza militar conjunta formada por 40 mil efectivos de varios países sunitas; (c) Su reconciliación con dos potencias clave, Turquía y Qatar, con el fin de golpear a Irán en distintas esferas como lo es Siria; (d) Relaciones (no reconocidas) de cooperación con otro enemigo de Irán: Israel; (e) Su acercamiento con Rusia y China; y (f) El intento por recuperar su influencia sobre el grupo Hamas, la organización islámica que controla la Franja de Gaza.
2. Turquía. Ankara ha accedido a que EU utilice sus bases para bombardear a ISIS. Adicionalmente, la propia Turquía está atacando a ISIS, además de haber roto su tregua con los militantes kurdos, y expresar su decisión de establecer una franja dentro de Siria que quedará bajo su estricto control. Con ello, Ankara busca: (a) hacerse indispensable ante Washington en un tema que le es estratégico a la superpotencia, y (b) asegurar de manera activa que el desenlace de la guerra civil siria no favorezca a Irán.
3. Israel ha comprendido que el debate dentro de EU no se limita a la discusión dentro de los 60 días que el Congreso tiene para pronunciarse sobre el acuerdo nuclear. El debate permeará la competencia electoral. Israel busca mostrar su peso en esta polémica con tres objetivos primordiales: (a) Asegurarse de que Irán sea percibido como enemigo y no como amigo de EU, de modo que, independientemente de la cuestión nuclear, Washington se vea continuamente presionada a combatir la actividad de Irán en toda su esfera, (b) Asegurar la presión sobre la Casa Blanca de modo que ésta tenga que reportar al Congreso sobre el cumplimiento cabal de lo acordado con Irán, con el fin de que el acuerdo pueda ser continuamente cuestionado y quizás, en última instancia abandonado, y (c) Aprovechar el hecho de que la Casa Blanca, tras sus negociaciones con Irán, ahora querrá compensar a Israel mediante concesiones y acuerdos paralelos.
Obama ha querido pasar a la historia, y vaya que con el uso de la diplomacia, en más de un caso se lo ha ganado. La cosa es que uno quisiera que la diplomacia fuera siempre una herramienta para construir entornos, si no de paz, al menos de mayor estabilidad, pero en esta ocasión, para ser honestos, los resultados de las negociaciones diplomáticas parecen estar generando demasiadas repercusiones en demasiado poco tiempo, como para pensar en paz o estabilidad.
Analista internacional
Twitter: @maurimm