¿Hacia un mejor clima integral?
COMPARTIR
TEMAS
Tímido sol que no se atreve a calentar. Y gélido viento que viene de la serranía. Invierno en retirada y Primavera que parece tocar la puerta ya en los mediodías.
Días con clima de las cuatro estaciones en que puede usarse primero suéter y horas después guayabera y noches de cobija, con madrugadas que desdoblan otra más.
Se prepara la ciudad a los cambios de dirección de tránsito a causa de la calle de entrada, en reparación y ornamentación. Una buena penitencia cuaresmal será usar vías alternas y no los bulevares. Todos los vehículos habitualmente coinciden en las horas con pico (de pelícano) y se avanza a vuelta de rueda.
Se vive en este país un clima de diagnósticos sin terapias. De protestas sin propuestas. De manifestaciones sin diálogos. De tentaciones abstecionistas y decisiones de sufragio con desconfianza. Las credibilidades se van escaseando.
Cuaresma de opacidades tiende a alargarse, en viaje interminable, hacia la utópica Pascua luminosa de las transparencias. Se critica una curación homeopática de la corrupción porque parece aplicarse el principio de similia similibus curantur, al pretender dosis globulares de más de lo mismo.
Sigue la pesca de peces gordos aunque no se rompe la cadena de sustituciones. Se entregan ya urnas simbólicas selladas para cancelar búsquedas interminables. Siguen las estadísticas de desapariciones a las que nunca se suman las de los pequeños desparecidos antes de nacer.
Se visualiza ya esta tierra subcontinental como país de misión para una nueva evangelización. Y la educación extraña el alfabeto de la solidaridad anti-acoso y la actitud de no tomar la tierra y el ambiente solo como objetos utilizables y así poder pasar de la explotación al cuidado.
El próximo renacer primaveral de la vida -anuncio de la Pascua de Resurrección- traza, de nuevo, un marco a la esperanza de una conversión personal y comunitaria que nos transforme en una comunidad más inteligente y menos negligente, con menos torpezas y más aciertos, y todos menos palabreros y más eficaces ¡Sea pues!