Estampa de un Alcalde
COMPARTIR
TEMAS
En julio del 2008, recibe la Presea Saltillo por su desempeño como funcionario y político. Siempre ha demostrado; gran visión, clase y señorío. Emite órdenes claras en oraciones de 30 segundos y a sus colaboradores les basta una mirada, aún en medio de un evento, para efectuar la acción, o la secuencia en acciones requeridas.
Si el profesor Arturo Berrueto González escribiera sus memorias, sería sensacional…lástima que la discreción y mesura que lo caracterizan impide tal ejercicio.
Su sentido del humor se manifiesta a partir de una mirada chispeante. Desde su aguda inteligencia pareciera que disfruta ver el interior de las personas (sobre todo a los políticos y a sus colaboradores). Ocupó dos veces el cargo de Presidente del Comité Directivo Estatal del PRI en los años 77 y 88. Curioso número doble; doble mandato.
Como Alcalde de Saltillo (1970-72) cubrió la prioridad de entonces; un nuevo rastro y, en tiempos en que el 50 por ciento del ingreso municipal se destinaba al gasto educativo, su administración construyó 201 aulas para nueve escuelas nuevas.
Su palabra de gobernante logró convocar a 103 “comités de barrio” donde la gente pagaba la obra. Estas obras por cooperación se formalizaban con una junta por la noche y por la mañana muy temprano ya andaba la maquinaria trabajando en las calles, antes de que la gente hubiera aportado un peso. “El municipio solo ponía las calles, no teníamos ni para el 10 por ciento”—diría alguna vez—. “Tuvimos 17 mil cooperantes y ni un solo amparo. Todos apoyaron”. Honrar la palabra empeñada lo es todo.
Al inaugurar como autoridad municipal cada temporada beisbolera, lo hacía con un certero “¡Strike!”, no en vano fue pitcher estrella en sus años mozos. Sus bromistas ex compañeros de liga, no lograban desconcentrarlo ni por un instante.
¡Decídete a ser feliz hoy!
@_A_lfonsina