El huevo y la gallina
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¿Qué fue primero, el huevo o la gallina? ¿La impunidad o la corrupción? ¿Cuál es, si no, la causa de la impunidad sino la corrupción? ¿Qué causa la corrupción sino la impunidad? ¿Pero cuál es la causa para que ambas existan?
Un domingo como tantos otros, me veo repasando los diarios nacionales e internacionales. ¿Sobre qué escribir en esta esquina de libre expresión editorial que, semana a semana, me brinda VANGUARDIA? ¿Sobre los 43 estudiantes desaparecidos en Guerrero; o sobre el extravío de las autoridades al “atender” este caso que nos avergüenza ante el mundo? ¿Sobre los 22 muertos de Tlatlaya, Estado de México, que hubieran pasado desapercibidos como tantos otros? Las víctimas son noticia gracias a la presión de organismos internacionales, sin ella, aquí no pasa nada.
¿Y si nos referimos a la residencia de 22 millones de pesos que se está construyendo el Presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos? ¿O si nos ocupamos de la deuda extra que nos recetó el gobernador Rubén Moreira? Al cabo los coahuilenses siguen votando por el PRI a carro completo.
No nos ha quedado tiempo para referirnos a los alcaldes que endosaron el cobro del impuesto predial al gobierno estatal. El ingreso municipal por excelencia, así consagrado en la Constitución General de la República, en Coahuila ya lo cobra el Estado. ¿Qué más da el Municipio Libre? Como quiera el PRI sigue ganando y tal parece que está solo en el arte de robar y mandar, ni quien les haga sombra.
Quizá mejor hablamos de la economía nacional. ¿Qué hacer ahora que el barril de la Mezcla Mexicana de Petróleo anda en 77.68 dólares, siendo que la Cámara de Diputados hizo cuentas alegres a razón de 81.00 dólares para 2015? En junio pasado, el barril de petróleo se ubicaba en 102.00 dólares. Su precio ha caído 24 por ciento. Si la situación persiste o el precio continúa a la baja, la sábana presupuestal tendrá que modificarse y habrá menos dinero, reajuste presupuestal e inconformes.
A manera de indicador, una caída de 3 dólares por barril de petróleo equivale a todo el presupuesto anual de la UNAM. Por cada baja de un dólar, el gobierno deja de percibir 32 millones de pesos diarios (Juan Pardinas / Reforma 19 de Octubre). Otro gallo nos cantara si esta misma Reforma Energética que el PRI aprobó en 2014, la hubiera promovido y aprobado en 2000, 2003, 2006, 2008, 2010. Pero hacerlo así no iba de la mano con su cálculo político.
Son muchos los temas, poco el espacio y muy complejo comprender las mil cabezas, patas y brazos del esperpento que llamamos “sistema político mexicano”, hoy de regreso. Lo que sí sabemos es que existe un incentivo dual en su origen: impunidad y corrupción, una antes o después que la otra, pero siempre juntas.
Por la tarde me topo con una entrevista que la Revista R hace al escritor Héctor Zagal. Éste no tiene empacho en declarar su simpatía por el PAN, aunque reconoce que el partido está hecho pedazos. El titulo de su entrevista lo dice todo, “Ya no hay oposición”, me hizo comprender de inmediato el origen del renacimiento de ese sistema político que llamamos PRI, sistema de impunidad, corrupción, desatinos económicos e inseguridad evidente.
En la entrevista se le pregunta por qué su pesimismo. Zagal responde: “Sí, porque ya no hay oposición. El PRD está hecho pedazos y el PAN igual. Creo que la única oposición posible será Andrés Manuel López Obrador”. ¿Es un regreso del Tlatoani? Absolutamente sí. Parte de esto es que la familia presidencial otra vez es intocable ¿no? Salvo en las redes sociales. Quiero ver que un programa de televisión se burle hoy de la esposa del Presidente, como en tiempos de Fox. ¿Por qué se volvió a votar por el PRI? Porque somos un país monárquico. (Revista R 19 Octubre, número 47, pág. 18 y 19).
Aunque en parte difiero de lo dicho por Zagal, no puede negarse que tiene mucho de cierto. Quizá la esperanza radique en los errores que el sistema llegue a cometer. Pero eso no resuelve la inexistencia de oposición. ¿Y Andrés Manuel? Congruencia y leal a su ideario, quizá lo sea. Demócrata, incluyente y tolerante, todavía no. Tal vez pueda cambiar, muchos empiezan a verlo con mayor apertura. Apertura que él se niega a mostrar y a practicar.
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