El cantar de la energía o la energía de cantar
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Hoy es el día de los músicos. Es el día de Santa Cecilia. Una muchacha cristiana que fue martirizada en Roma por cantar con energía su Fe, cuando los cristianos cantaban en las catacumbas sin temor a las persecuciones.
Los músicos celebran este día su talento que tanto aporta de alegría y fortaleza a los mexicanos tan dados a la bohemia, al mariachi y al canto en medio de sus dificultades.
Sin embargo este pueblo con una genética musical que antes cantaba todo el día y en todas las ocasiones con vigor y sin vergüenza tanto en la cocina como en la cantina, de lunes a domingo, en el mercado y en el templo, hoy ya no canta igual.
Hoy se contenta con encender cualquiera de los diferentes aparatos que enmudecen tanto su voz como su alma. Ya no siente la necesidad de cantar porque su alma se ha vuelto pasiva, inexpresiva, temerosa de vibrar con el corazón y con la garganta. En esta su nueva cultura, se ha vuelto de mal gusto cantar con toda la fuerza de los pulmones las canciones mexicanas y en cambio se admiran los tímidos maullidos en inglés.
Antes la gente vibraba bailando la música latina desde la guaracha, la salsa, el mambo, hasta el danzón, el corrido y el paso doble. Hoy, como me dijo un amigo, los bailes consisten en dar saltitos rutinarios como frijoles en un comal caliente.
Si el pueblo ya no canta ni baila es porque su alma está abrumada por las prisas, las obligaciones, el ambiente social cada vez más inseguro, excluyente y lleno de animadversión... ya no tiene tiempo para la alegría y mucho menos para cantar. Las noticias han expulsado a las canciones de la radio, los noticieros duran horas y horas con intermedios de comentaristas incultos y superficiales que venden ilusiones y esperanzas de felicidades efímeras.
Más de alguno podría objetar ¿Cómo quieres que cante el pueblo en medio de miles de cadáveres, de secuestros y persecuciones, de nueve mujeres violadas cada día, de millares de desempleados y ninis sin futuro, de estudiantes secuestrados? ¿De dónde va a salir la alegre canción de 50 millones de pobres... de un pueblo colonizado por una cultura musical extranjera?.
Sin embargo tanto el cantar como el bailar no son solamente expresiones del alma, son también el alimento que nutre su vitalidad. La energía para cambiar el deterioro social que padecemos no va a surgir del gas shale, o de las estrategias políticas, saldrá de la fuerza interior del mexicano si recupera su valor y su dignidad cultural... y musical.