Dichos redichos. He aquí una nueva cosecha de refranes
COMPARTIR
TEMAS
Por tierras del Bajío anduve hace unos días. Esa región es rica en dichos y dicharachos, y como mis anfitriones de esta vez sabían de mi afición paremiológica me tenían preparados algunos muy sabrosos. Hoy los comparto con mis lectores, pues el que no comparte no merece.
- El buen gavilán no chilla; nada más papalotea.
Lo usan los rancheros que tienen hijos varones pequeños cuando éstos van a llorar por algo.
- La mujer y la gata, de quien la trata.
Significa que con trato frecuente, sobre todo si es bueno, se consigue la afición.
- Mejor un -¡Cabrón! a tiempo que un sermón mal deletreado.
Quiere decir que sirven más las palabras claras que los circunloquios.
- No porque me vea en guaraches piense que soy guarachero.
Equivalente campirano de El hábito no hace al monje.
- A lhora de los frijoles manteca es lo que hace falta.
Cuando llega la hora de la verdad hay que tener valor.
- Una vez subido al macho pocas son diez respingadas.
Expresa que una vez empezado un negocio no es raro que aparezcan muchas dificultades.
- Hasta los palos del monte nacen con separación: unos sirven para santos, y otros para hacer carbón.
De la misma manera que las maderas sirven para diferentes cosas -unos para hacer figuras de santos; otras para sacar de ellas carbón que arda- también las personas tienen diversos destinos según su talento natural.
- El que ha nacido en petate siempre anda apestando a tule.
Quiere decir que nadie puede negar
su origen.
- No vengo por ti, ventana; vengo por la que se asoma.
Lo dice irónicamente quien se dirige a una persona pero en verdad se está refiriendo a otra.
- Como la yunta de Silao: malo el pinto y pior el colorao.
Al fin conocí completo el dicho que siempre había escuchado nomás en su primera parte: Es como la yunta de Silao....
- Convidado y con ollita.
Se dice del que recibe algo gratuitamente y todavía pide más.