De Durango a Chicago
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Las probabilidades de éxito económico, político, social o cultural para un hijo de campesino duranguense o de cualquier otra parte de México, suelen ser muy escasas. Su mayor enemigo en la vida, es la falta de oportunidades, tanto de educación, como de salud y de empleo más un larguísimo etcétera. En esa falta de oportunidades radica el por qué de los escasos ejemplos de personas exitosas que empezaron desde abajo, no en la falta de talento ni de empeño. Muchos de estos ejemplos de éxito se logran en el extranjero, especialmente en los Estados Unidos de América.
Tal es el caso de Chuy García, hijo de un campesino de Durango que trabajó en los Estados Unidos como bracero y, con el tiempo, decidió llevarse a su familia “al otro lado”. Cuando tenía 10 años, Chuy García abandonó México y se fue con su padre, dejando atrás los pocos sueños que pudieron concebir en la adversa realidad que, como hoy en día, siguen padeciendo miles de mexicanos “de abajo”.
¿Qué habría sido de Chuy García de haberse quedado en México? Quizá hubiera podido estudiar un poco más en la escuela rural de su pueblo, para dejarla al poco tiempo y sumarse a las labores del campo en auxilio de su padre. Tal vez hubiera migrado a la capital de Durango o a otras ciudades en busca de trabajo. Quizá, ya adulto, tantas puertas cerradas lo condujeran al destino inevitable: migrar a Estados Unidos en busca de lo básico.
Para millones de mexicanos no es nada fácil salir adelante. Para aprovechar las pocas oportunidades que ofrece nuestro país, es necesario contar con lo básico: Escuela elemental (escribir, leer, hacer cuentas, bien poco más que eso), alimentación un poco por encima de la mera subsistencia, ropa y vivienda, para poder darse el “lujo” de aspirar a un trabajo digno.
Nuestro duranguense emigrado, Chuy García, es hoy es noticia internacional. Ha puesto en jaque a la política de Chicago, bastión del hombre más poderoso del mundo, gobernado por el alcalde Rahm Emmanuel, exjefe de asesores de Barack Obama en la Casa Blanca y uno de los artífices de su arribo a la oficina oval. Chuy García decidió competir con el poderoso alcalde en su campaña por la reelección, y para sorpresa de todos obtuvo más del 30 por ciento de los votos, lo que torpedeó las posibilidades de Emmanuel, que con menos del 50 por ciento, está obligado a competir contra García en una segunda vuelta. Chuy puede convertirse en Alcalde de una de las urbes más importantes del mundo.
Chuy es fruto del sistema educativo público estadounidense, que se paga con el impuesto predial y cristaliza en escuelas de calidad. En esta elección, la educación es una de sus principales banderas. Conforme crecía, la salud de Chuy estuvo al cuidado del sistema de salud pública. Su plataforma propone mejorarlo. Chuy vivió y creció en La Villita, el emblemático barrio mexicano de Chicago y ahí sigue viviendo. Su mensaje es sencillo: “Seas de Michigan o de Michoacán, si eliges Chicago para vivir, debes gozar de los beneficios que gozamos todos”. Naturalmente vivir en Chicago, implica pagar impuestos, con pagarlos basta para participar de los beneficios.
Chuy está muy orgulloso de su origen mexicano. Propone un plan migratorio aterrizado: identificar a los residentes de Chicago, con y sin documentos y de ese censo partir. Daría mayor seguridad a la ciudad y a los residentes, acceso a los servicios sociales necesarios. Se trata de un principio básico de la naturaleza donde nos ayudamos los unos a los otros; o todos padecemos las consecuencias. Chuy García, el niño que con sólo 10 años dejó su poblado natal, enclavado en la Sierra de Durango, puede llegar a ser Alcalde de Chicago. Sin duda, Chuy García ya triunfó, en México su realidad sería muy otra.
Facebook: Chuy Ramirez
Twitter: @chuyramirezr