¡Dalay, Alejandro!
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Diálogo imaginario (pero real) entre Jaime un aficionado santista por generaciones y Alejandro Irarragorri Gutiérrez, Presidente del Consejo que administra al Club de futbol Santos Laguna.
Jaime (enfundado en una casaca roída del Santos, con el nombre en la espalda, de José “La Caica” Zamora): “Se la bañan con esos precios, don Alejandro. Ni cómo ir a los partidos: Los boletos y ‘la cheve’ están por los cielos”.
Alejandro: ¿Cómo dice eso? Yo le aseguro que no es cierto. “Tomando en cuenta el extinto Corona, en el Torneo Apertura 2009, se tenían 6 mil 283 boletos a 120 pesos cada uno, ingresando ese número al Índice Nacional de Precios, la conclusión es de un precio de 144.80 pesos por boleto. Actualmente, en el TSM hay cabeceras con mil 420 boletos disponibles a 130 pesos”.
Jaime: ¡Ande, don Alejandro, ya parece Videgaray! Puras cifras para confundir al respetable. En sus números hay una “diferencia” de 4 mil 863 boletos menos para la raza. Y los que ofrece, son en las cabeceras, como si quisiera inaugurar un “ghetto” para los indeseables. ¿Qué pues, mi buen, más respeto? Más aún, el Índice de Precios es relativo, porque no toma en cuenta el salario mínimo que se redujo en un 75 por ciento en los últimos 35 años. Hoy, se lo digo de frente, tenemos que trabajar 22 horas para comprar una canasta básica de alimentos de 184 pesos. ¿Pos’ de donde sacamos el billete para acompañar a nuestro Santos?
Alejandro (carraspea confundido): Bueno, señor Jaime, también le quiero decir que respecto a la cerveza, “es muy poco lo que varía en cuanto al costo por mililitro con relación al viejo estadio”.
Jaime: No, don Alejandro. Dígame, cuánto es poco para usted. Porque usted y yo no somos la misma persona, ni venimos del mismo lugar, y mucho menos frecuentamos las mismas cantinas. ¿Dígame de cuántos mililitros estamos hablando por toda la cerveza que puede consumir una persona en un partido de futbol? Y, cómo se traducen éstos, en la diferencia del costo en la cerveza.
Alejandro (ceño fruncido, molesto): “Se lo juro señor, “no somos los más caros, esa percepción que tiene usted, y mucha otra gente más, es falsa. Eso es mentira (alza la voz desesperado)”. ¿Acaso no se da cuenta Jaime que “tenemos un equipo que, en términos de rating, está entre los primeros cuatro (empieza a gritar molesto). ¡¡¡Nadie es profeta en su tierra!!! (Quiere llorar)”.
Jaime: “Dalay dalay” don Alejandro. Respire profundo y repita conmigo: “Debo tener mis emociones estables y no perder el control”. Ni usted ni yo: Profeta sólo hubo uno y murió crucificado en el Gólgota. Y es mejor estar preparados, porque puede regresar en cualquier momento a pedirnos cuentas.
Alejandro (reacciona más molesto): ¡Es que usted me provoca señor! ¡No diga tonterías! Seguramente, usted es parte “de esa percepción manipulada con intereses (aviesos) que hace que la gente esté mal informada”. De esos, “que no están orgullosos de tener un equipo que trabaja, que se esfuerza y que lucha”.
Jaime (sorprendido y risueño): ¡Ah cabrón! Pos’ no le digo, don Alejandro. Yo soy santista desde antes que usted naciera. Cuando todavía era el Torreón Cataluña y no se transformaba en Santos Laguna. Toda mi familia es santista y, cada que juega, gane o pierda, es un momento de celebración que nos alegra el alma. Vayamos o no al TSM, somos santistas. Y esa identidad profunda es nuestra. No le pertenece a usted, ni a sus mercadólogos de pacotilla.
Lo que le ha faltado, es bajarse de su pedestal, y venir con sencillez y modestia a preguntarnos cómo y cuándo habríamos de regresar al Territorio Santos Modelo.
¡Vieja! Tráele un vaso de agua con azúcar a don Alejandro porque está muy pálido el pobre.