Contenido Local
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Unos de los conceptos más importantes dentro de la propuesta de leyes secundarias y composición de la Reforma Energética es el llamado Contenido Local, (también conocido como Contenido Nacional o Proveeduría Nacional).
El objetivo de este término es asegurar que la inversión extranjera que llegue por medio de la Reforma Energética facilite la transferencia y desarrollo de tecnología con firmas locales, así como a la formación de personal especializado. De esta manera, dejemos de depender paulatinamente de empresas foráneas y podremos encargarnos de la operación petrolera futura de nuestro país.
La forma en la que se impone es a través de requerimientos en las licitaciones para trabajar para Pemex, o en su defecto, cualquiera de las operadoras futuras. Estas imposiciones se fijan como porcentajes mínimos de proveeduría nacional con metas cuantitativas anuales que las empresas interesadas deben acatar. Ejemplos, el día de hoy para ganar X contrato debes tener 5 de cada 10 empleados nacionales, el próximo año deberán ser 6, ó debes de contratar a X porcentaje de proveedores locales, ó las obras civiles deben de ser realizadas por empresas nacionales, etc.
La razón va mas allá de forzar a empresas a contratar mexicanos y apoyar el desarrollo social, en sí, operar en un País foráneo no es rentable cuando se importa todo, desde personal, materiales y servicios para la industria. Por eso, incrementar el Contenido Local es conveniente para todos los involucrados. México impulsará el desarrollo de su gente, de sus PyMes, la producción de energéticos y la capacidad de ejecución técnica.
Desplegará centros de investigación junto con las empresas foráneas, creará empleos más especializados y así incrementará su competitividad. Las empresas inversionistas extranjeras bajarán sus costos (no todo es altruismo) y quedarán bien con las personas en la comunidad y Gobierno.
De esta manera, se creará una simbiosis con los empleados locales que ayudará a evitar problemas sociales que pudieran llegar al paro de actividades, un costo muy difícil de cuantificar y reponer. Por último, la sociedad se verá involucrada en el desarrollo de su localidad y mejorará su nivel socioeconómico.
Todos ganan, porque si lo que queremos es ser apasionados en lo que hacemos, es mucho más fácil serlo para el País que nos vio nacer.
El problema es que no es tan fácil como poner una clausula de contratación que exija que se incremente el porcentaje de proveeduría. Algunas de las complicaciones pueden ser: que las nuevas empresas no sean sustentables en el largo plazo y quiebren, o de lo contrario, que no tengan la confianza en el Gobierno para una invertir capital fuerte a largo plazo.
Que los precios no sean competitivos con empresas foráneas y se obligue a comprar caro. Que no exista personal calificado y que se force a contratar gente sólo por cumplir con porcentajes.
También, que la gente local se congregue en sindicatos con intenciones de no trabajar, porque tienen trabajo seguro ya que las empresas están obligadas a contratarlos.
En general, comenta el Instituto Mexicano para la Competitividad, los costos de proveeduría corren el riesgo de volverse más altos para Pemex, que sus rentas económicas sean solo para un puñado de proveedores y que se creen conflictos con las empresas y Gobiernos que resulten afectados por su instrumentación.
No obstante, el concepto ya ha sido empleado en distintas industrias. México ha tenido esta experiencia en la industria automotriz y desde 2008, la ha tomado el ejemplo de Brasil y Noruega, para desarrollar su propio análisis y lineamiento.
En el caso de nórdico, la inversión extranjera se multiplica 2.5 veces, lo que quiere decir que cada unidad de inversión expone el desarrollo local.
Se dice fácil, pero muchos países no pueden superar el factor multiplicador y están por debajo de 1 (dígase fuga de capital).
En realidad, Noruega pudo crear una sinergia entre su experiencia y la de las compañías internacionales de petróleo al combinar el conocimiento adquirido en ciertas ramas y convencer a las compañías de que la mezcla de capacidades generaría mejores resultados.
Un caso específico es el de las presas hidráulicas: dado la amplia comprensión por parte de los noruegos en concreto, ellos pudieron convencer a las compañías que los taladros Costafuera se fabricaran a base de cemento y de esta manera impulsaron el mercado local.
Volviendo a nuestro país, el resultado del análisis fue plasmado en su Ley de Pemex en 2009, donde se elaboró una Estrategia para el Desarrollo de Proveedores, Contratistas y Contenido Nacional.
En ese entonces se estimó que el actual porcentaje de Contenido Local en nuestro país era de 35%. Asimismo, se planteó aumentar dicho contenido a 44% en 10 años, objetivo modesto si se compara con otras empresas petroleras a nivel internacional, como Petrobras de Brasil o Statoil de Noruega cuyas adquisiciones locales superan 60%.
Para darnos una idea del monto de inversión que se está fugando a empresas extranjeras, de acuerdo con una presentación previa a la reforma; Pemex invertirá en los próximos años, 3.7 billones de pesos en promedio anual. Esto equivale a un gasto diario de mil millones de pesos, lo que pone en perspectiva el mercado potencial para la PyMes mexicanas.
Desafortunadamente, solo un tercio de las empresas proveedoras de Pemex son nacionales. El resto de los contratos se los llevan las multinacionales porque nuestras empresas no están especializadas.
A pesar de esto, Pemex y nuestros legisladores han mantenido el compromiso con el desarrollo social y así lo demuestran en el artículo 13 transitorio de su Reforma Energética al decir que Pemex y sus organismos subsidiarios establecerán una estrategia para apoyar el desarrollo de proveedores y contratistas nacionales como parte del Plan Estratégico Integral de Negocios.
Ojo, esto no es proselitismo, lo que quiero establecer es que la teoría tiene buenos fundamentos, ahora que conocemos el concepto, está en el mejor interés de todos nosotros participar y cuidar su ejecución.