Callando a los infalibles
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De los incontables dogmas de la fe católica, uno de mis favoritos es el de la infalibilidad pontificia.
Entiéndase por favoritos aquellos que mayor gracia me provocan y éste de la infalibilidad papal se refiere básicamente a que el sucesor de San Pedro nunca se equivoca.
Preservado por los Divinos Designios de la tan humana propensión a cagarla, el Sumo Pontífice se daría el lujo hasta de ponerse arrogante:
-Yo te bautizo como Robocop Alejandro, en el Nombre del Padre
-¡Pero, Su Santidad, le dijimos que Roberto Alejandro!.
-¡No me corrijas, sacrílega, o te excomulgo!.
Bueno, por lo menos yo sí me pondría en ese plan (supongo que por eso no soy Papa). El caso es que el muy amado, carismático y sencishito, el Papa Francisco (Mario Kreutzberger) emitió hace unos días un comentario (privado por cierto) que muy mal parado deja a este, nuestro siempre fiel terruño.
Escribió el Papa a un legislador y activista sobre la situación en Argentina: Y ojalá estemos a tiempo de evitar la mexicanización. Estuve hablando con algunos obispos mexicanos y la cosa está del cocol.
Ok, el Papa don Francisco no escribió del cocol, sino la cosa es de terror. ¿Miente acaso? ¿Está Su Santidad exagerando?
Nadie por esto se sintió agraviado, ni nos pusimos en pie de guerra. Somos bien conscientes de nuestra realidad y no se la deseamos como suerte a ningún otro país hermano. Fue sólo el Gobierno de Enrique Peña Nieto, a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores, el que externó su indignación, preocupación y tristeza por la expresión utilizada por Susan (Susan Tidad).
La postura de nuestro Gobierno es que esa expresión nos estigmatiza. ¡Qué chistoso! Las ejecuciones, las narco-fosas, los desaparecidos, los colgados, los encobijados, las cabezas sin cuerpo (los cuerpos sin cabeza), los pozoleados, los levantados y otras linduras, todo eso pensaba yo que constituía nuestro oprobioso estigma, no una expresión coloquial que más que denigrarnos, nos retrata.
Y no es que me trague el embuste de la infalibilidad papal, pero pedirle en esta ocasión una rectificación al gerente de Dios y Cía. estuvo fuera de lugar, pues hasta mesurado se vio y jamás lo dijo como un pronunciamiento ya que âinsisto- se dio en una comunicación privada.
Le llegó luego el turno al ganador del Oscar, Alejandro González Iñárritu, quien tras su merecidísima racha de galardones fílmicos tuvo por fin tiempo de coger algo de aliento para decir: Ruego por que podamos encontrar y construir el gobierno que merecemos.
Y yo lo celebro mucho porque, como ya he dicho, si un premio no sirve para subirse por una vez al pódium y señalar lo que está mal, entonces ese premio no vale más que lo que nos den por él vendido como chatarra en el kilo.
Pero para el priísmo haga de cuenta que le dijeron Y tu Mamá También, porque se pusieron de inmediato a la defensiva y esgrimieron su tuitera respuesta al realizador: Más que merecerlo estamos construyendo un mejor gobierno.
Pero hechos son amores y no buenas razones. En vez de enfrascarse en una discusión baladí con el cineasta -o con el infalible Papa Pancho- el PRI decidió hacerlos callar con una auténtica demostración de que está construyendo un mejor Gobierno:
Trascendió este fin de semana que la actriz, productora y gloria coahuilense, doña Carmen Salinas, será diputada plurinominal por el Revolucionario Institucional.
Ojalá que con esto al Papa Pancho se le quite la maña de emplear el término mexicanizar con una connotación negativa. A ver si así González Iñárritu -y cualquier otro artista destacado- dejan de joder con el gobierno que nos merecemos. Es obvio que el PRI-Gobierno está haciendo su parte y que la visión de estos líderes -de la fe y de la cultura- es maliciosa o por lo menos errónea.
Carmen Salinas será Diputada y ello ha sido motivo de incontables chistes, que es la forma en que los mexicanos procesamos la indignación. ¿Y por qué indignación? ¿Acaso la curul de San Lázaro es o ha sido ocupada exclusivamente por ínclitas eminencias del quehacer legislativo? ¡En absoluto! En la misma lista de pluris hay nombres igualmente o más infames que el de la coahuilense.
Creo que el escándalo es por lo que simboliza. Doña Carmen es la encarnación de la cultura chatarra y enajenante como aliada del poder corrompido (¿se acuerdan del apoteósico homenaje que le organizó el moreirismo temprano aquí en Coahuila? Yo también).
El PRI tiene en Salinas (Carmen, no Carlos) a una auténtica docta del albur legislativo, una académica de lavadero, poeta del arrabal con una sólida formación en la más rancia ciencia política tricolor (excelsa definición que no es mía, pero prometí robarme para el presente artículo).
Y lo más peor (para estar en sintonía con el lenguaje del PRI) no es que el Revolucionario la haga diputada por la vía plurinominal, sino que de postularla por elección popular, en este México tan mexicanizado, seguro que doña Carmencita arrasaba en las urnas.
petatiux@hotmail.com