Ayotzinapa, ¿y ahora Cocula?
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Mario Melgar-Adalid
Dos meses desde Ayotzinapa y no se acaba. Ahora surge otra espeluznante noticia proveniente de la prensa francesa, tanto o más grave que es urgente se aclare: según France 24, alrededor de 30 estudiantes de secundaria fueron secuestrados en Cocula, Guerrero, en el mes de julio. Aparentemente fueron policías sin que se sepa todavía el paradero de los estudiantes. (http://www.france24.com/en/20141126-video-
new-kidnapping-case-cocula-mexico-france24-exclusive-missing-students/).
La figura presidencial contra las cuerdas, se le ve tambalear. Como nunca antes su debilidad está expuesta. Hasta la esposa del Presidente, con un previo papel y perfil ejemplar, discretísimo, aplaudido durante 23 meses, perdió la figura en un error táctico al aparecer dando explicaciones sobre sus finanzas personales.
¿Por qué nos regaña? Por qué nos habla golpeado? ¿Por qué hace alarde de su gran capacidad económica y recursos en un país con millones de pobres?, es la reacción del público. El mismo Presidente, tradicionalmente imperturbable y sereno, se mostró en el pico de la crisis colérico, acusador sin acusados, enojado, frágil, preocupado con los acontecimientos, con los ataques y vituperios sin misericordia a su persona.
El juicio está formado y será difícil modificar lo que millones piensan ahora del presidente de la República. El daño al país sigue sin resolverse. El núcleo de los grandes problemas nacionales se reduce a dos: la corrupción y la justicia. No existe buen político que no sepa obtener ventaja de las crisis y menos estadista, que se precie de serlo, que no se crezca al castigo y demuestre las razones por las que detenta el poder. Peña Nieto tiene enfrente todavía cuatro años para recomponer la casa que prometió. La blanca y la que viven todos los mexicanos.
Es imprescindible un auténtico movimiento anticorrupción. Crear una Gran Comisión Anti Corrupción integrada por figuras intachables, que diseñen un mecanismo autónomo, extra gubernamental, técnico, constitucional, independiente y dotado de facultades para atender este reclamo generalizado. Sin origen parlamentario, ni partidista, ni siquiera ideología determinada. Un movimiento de efectiva renovación moral de México surgido del pueblo. El término ya es viejo, como lo es la corrupción. Lo utilizó el candidato Miguel de la Madrid con la renovación moral de la sociedad. Aquel afán derivó en un fracaso burocrático. La Secretaría de la Contraloría de la Federación, estorbó la operación del gobierno federal, incrementó notablemente el gasto y fue inútil: la corrupción se hizo parte de la cultura, como inconscientemente la conceptualizó equívocamente Peña Nieto.
Una reforma anticorrupción integral. No solamente discutir el tibio proyecto del PAN pendiente en las Cámaras. Más allá de pactos, escenarios soviéticos y discursos de reconciliación. Una acción republicana sin que intervenga el gobierno.
No habrá salida con la mera defensa del sistema sino con un movimiento decidido, franco, republicano, honesto de cambio verdadero. No se trata ya de mover a México, bastante movido ya con Ayotzinapa, sino de iniciar un cambio a cargo de personas comunes, honorables, comprometidas con su país, con su familia, con su entorno; en fin, buenos mexicanos.
Correo: marioma@unam.mx
Twitter: @DrMarioMelgarA