Angélica y Carolina, su ejemplo
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Fue el combativo periodista y filósofo francés Jean-François Revel quien acuñó el concepto de monarquía republicana, una definición que usó para criticar los excesos de los presidentes de Francia, privilegios que Ravel señalaba como propios del Antiguo Régimen, una idea que surgió en México cuando el pensador francés, amigo de Octavio Paz, vino a nuestro País y quedó impactado por nuestra elite política, una de las aristocracias republicanas más onerosas del mundo.
Y es que Ravel fue crítico acerbo del socialista François Mitterrand, entre otras cosas, porque de manera furtiva usaba un avión oficial para volar a Egipto con su amante en viajes de placer.
Peccata minuta para los mexicanos, pues antes de Mitterrand, una primera dama de México (esposa de López Portillo), viajaba con frecuencia a París en el avión presidencial cargando hasta con el piano y, aunque parezca increíble, en uno de esos periplos envió de regreso el Boeing a México porque se les había olvidado el perro, al cual, querían medirle un collar de la Casa Chanel, tienda que cerraba la comitiva presidencial para sus compras exclusivas.
Y cuando todos pensamos que esa monarquía republicana llegaba a su fin con el arribo de los panistas a Los Pinos, el gran chasco fue que la trinca Fox-Bribiesca-Sahagún se encargó de convalidar la corrupción existente, con la agravante de que Martha, tratando de imitar a Eva Duarte, la matriarca fascista de los argentinos, se convirtió en la pareja presidencial, un cargo ilegal que se repitió a nivel estatal y municipal.
Y es que ante el protagonismo de Martha, que aspiraba a suceder a Fox, surgieron las ambiciones de las primeras damas locales, como Maricarmen Ramírez, en Tlaxcala, y Martha García, en Nayarit, que pretendieron suceder a sus maridos en los gobiernos estatales.
Es el caso de la pareja imperial de Iguala que ha tenido consecuencias desastrosas para México. Y pensar que en Coahuila hubo indicios de lo anterior con las ambiciones de doña Bella Alemán, que intentó suceder al marido en la alcaldía de Frontera.
¿Cuántas parejas imperiales existen hoy en México? Es difícil saberlo, pero los ejemplos abundan: Isidro López y doña Lourdes Naranjo llegaron al poder municipal de Saltillo cubiertos de un barniz de moralina que luego se diluyó con el aguarrás disolvente de la corrupción. Si Chilo arropa a Tomás Reyes, ¿por qué doña Lourdes no habría de solapar a su hermana Astrid?
Con Martha desatada como pareja presidencial surgió en San Lázaro la propuesta de una legislación que acotara el abuso de las primeras damas, pero la bancada del PAN bloqueó el debate.
Hoy Angélica Rivera ha puesto el ejemplo al demostrar que su encargo en el DIF nacional es honorífico. Carolina Viggiano siempre lo ha tenido con ese carácter en el DIF estatal. Es el momento para que todo el primerdamismo municipal de Coahuila se vuelva honorífico en sus encargos. Y asimismo, en un país democrático no se debe permitir la existencia de primeras damas, porque ello sugiere la existencia de damas de segunda y tercera, lo cual es inadmisible y discriminatorio.