Alto al bullying
COMPARTIR
TEMAS
A los que llaman cerebritos. A ellos es más probable que se les haga bullying en secundaria. A la hora de salida de la escuela se escucha esta conversación, respuesta de un niño de 12 años a la pregunta de su papá.
Y el adolescente no andaba tan errado. Por lo menos en uno de los ángulos de este problema que está aquejando a las sociedades modernas, donde Coahuila no es la excepción. El ángulo es que en secundaria resulta más probable que las agresiones sucedan sin que los padres o maestros se den cuenta rápidamente de ello, como sí ocurre en la primaria.
En los primeros grados la situación se presenta, pero los padres de familia están usualmente más al pendiente de sus hijos y las señales se manifiestan pronto. Depende de los niveles de confianza y a veces hasta socioeconómicos de los involucrados, pero también debido a lo publicitado de los casos, es más general que los padres se den cuenta de que su hijo está siendo víctima de agresión.
En cambio, en secundaria y preparatoria, la independencia de los jóvenes con respecto a sus padres y maestros los mantiene lejos cuando las agresiones ocurren. Muchas veces son los populares, y nadie se atreve a interceder por nadie. Cada quien en su espacio, concluye su reflexión el muchachito a su padre. Se alejan enfilándose a su auto.
El viernes pasado, nuestro periódico publicaba la nota en la que se establece que al menos 14.6 por ciento de los estudiantes de preparatorias y universidades del Estado de México, el Distrito Federal y Querétaro han sido víctimas de bullying a través del teléfono celular, el correo electrónico, el chat o las redes sociales. El estudio es del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, campus Estado de México, y establece también que 11.6 por ciento ha recibido amenazas verbales, se le ha obligado a hacer cosas humillantes o ha sido chantajeado. El 9 por ciento, acosado sexualmente con actos y comentarios, y más de tres de diez fueron amenazados con armas u otros objetos.
El ambiente de una sociedad en donde la violencia, la inequidad social y la falta de oportunidades, aunado a una constante ausencia de padres en el hogar, es un caldo de cultivo para que el bullying se manifieste y se reproduzca.
La investigadora Fany Eisenberg Glantz, del ITESM Campus Estado de México, expresaba que es la impunidad en los ambientes en los que se desenvuelven los niños, desde el hogar, hasta la sociedad, lo que permite esta nefasta práctica. Una sociedad incapaz de controlar a los delincuentes es el modelo perfecto para que el niño piense que no le pasará nada si él hace lo mismo en la escuela.
Nadie es ajeno la responsabilidad: son los padres, los maestros, las autoridades y los organismos de Derechos Humanos los que tienen en sus manos el compromiso de nulificarlo.
Derechos Humanos tiene un papel fundamental. La difusión plena de los derechos de los niños en las escuelas y directamente con los padres de familia es un asunto primordial en este tema. No puede evadirse de quien tiene a su cargo el compromiso de fomentar armonía entre los miembros de la sociedad y exigir a las autoridades se proteja a los menores y se castigue a los culpables de las agresiones.
Padres de familia y maestros requieren de políticas claras por parte de los gobiernos; y éstos, compromiso y responsabilidad por parte de los padres y de los maestros. No es posible hacerse a un lado y dejar el peso de la responsabilidad a unos o a otros. Todos debemos estar involucrados, entendiendo en principio que este asunto se sale de control: ya ha habido muertes por su causa. Indispensable pararlo.
Vamos a hacer un protocolo, a emprender una unidad especial con una línea 01-800 para que las víctimas puedan hacer su denuncia directamente a la Secretaría de Educación y que su reporte se canalice directamente a las autoridades competentes, dijo en referencia al problema el secretario de Educación en Coahuila, Jesús Ochoa Galindo, declaración registrada en la nota de ayer de nuestro compañero Alejandro Montenegro.
â¿Estás bien?, pregunta la hermana mayor al adolescente de 10 años.
âSí.
_Esa cara no demuestra que lo estés.
âBueno, es que hoy arremedaron en el salón. Además, me dijeron que si me sentía bien creyéndome superior a los demás, pero yo de verdad no
âSacaste buenas calificaciones, ¿no es así?
âSí.
Monosílabos de un niño que aún no entiende qué se le viene encima si no se detiene, en sus balbuceos, a los que encontrarán placer molestando cuando existe una extensa zona de la impunidad.