Coahuila, un desorden territorial
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Cambios de uso de suelo desmedidos convirtieron en concreto millones de metros cuadrados de tierra fértil. la consecuencia es grave
Saltillo, Coahuila. Entre 1997 a 2013, según información pública, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) ha autorizado 156 solicitudes de cambio de uso de suelo en Coahuila, mismas que representaron siete mil 869.4 hectáreas autorizadas: 78 millones 694 mil metros cuadrados.
Para aterrizar la cantidad de usos de suelo que se han modificado en 17 años, los más de 78 millones de metros cuadrados que han sido transformados, representan, en tamaño, más de 15 mil 700 canchas de futbol; 923.5 canchas por año.
Según la Semarnat, la mayoría de los nuevos usos de suelo son infraestructura básica, es decir, la urbanización de las ciudades: 3 mil 391 hectáreas fueron modificadas para este concepto: lo que representaría la construcción de 169 mil 550 nuevas casas de 200 metros cuadrados.
Mario García Carillo, profesor investigador adscrito al departamento de Suelos de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro (UAAAN), criticó que no exista una supervisión de la planeación urbana. Hay una urbanización desmedida, calificó. Ejemplificó que la misma Narro en Torreón, está fincada donde hace 25 años era un área agrícola y no existía mancha urbana. Recalcó que no existe control sobre el crecimiento por parte de las autoridades.
Sin embargo, la Semarnat engloba en los cambios de suelo otros usos, donde en Coahuila, 3 mil 650 hectáreas de suelo fueron cambiadas a esta generalidad que es mayor a la urbanización. Otros usos engloba a industrias como la minería, un cambio de uso que oculta la dependencia federal en Coahuila.
Vanguardia solicitó vía acceso a la información (folio 0001600353814) conocer datos sobre las autorizaciones de cambio de uso de suelo específicamente a la extracción de minerales y a cuántas hectáreas ascendía, sin embargo, la Semarnat en Coahuila aseguró que no se cuenta con un documento que contenga la información como usted la requiere, y negó entregar una versión pública de la información, pese que anteriormente la dependencia ha entregado datos sobre autorizaciones de cambio de uso de suelo en general.
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El resto de los nuevos usos de suelo autorizados por la dependencia federal: 96 hectáreas para uso pecuario y 721 hectáreas para uso agrícola. ¿Qué suelos desaparecieron en la entidad?: 7 mil 327 hectáreas correspondían a zonas áridas y 420 hectáreas de bosque fueron evaporadas en este lapso.
Aprovechamientos desmedidos
Desde 1996 hasta 2013, la Semarnat había autorizado 57 aprovechamientos forestales maderables en Coahuila, que han sumado 178 mil 086.525 metros cúbicos de tala, según respuesta a una solicitud de información hecha por Vanguardia (folio 0001600246714).
Es decir que con toda la madera talada legalmente en los últimos 18 años en la entidad, se podrían llenar ¡85 albercas olímpicas!
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Según la respuesta de Semarnat, Saltillo es el municipio que más volumen de aprovechamientos ha tenido, pues ha talado 31 mil 704.44 metros cúbicos forestales: 17.8 por ciento del total en la entidad, en comunidades como el Ejido Encarnación de Guzmán, Ejido Presa de los Muchachos, Ejido San Juan del Retiro, El Jazminal, San Marcos del Encino, entre otros. En esta zona, según José Villanueva Díaz, líder del programa nacional de incendios forestales del Centro de Nacional de Investigaciones Disciplinaria en Relación Agua, Suelo, Planta, Atmósfera (Cenid Raspa) del INIFAP, se está extendiendo la mancha urbana a Zapalinamé, que es el sitio que proporciona el agua a la zona. El cambio de uso de suelo a zonas urbanas ha sido bien fuerte y está afectando toda la recarga, aseveró.
Un estudio hecho en 2001 por Leodan Portes Vargas, arroja que la mancha urbana en la Sierra de Zapalinamé había tenido un incremento del 822.45 por ciento con respecto de 1974, crecimiento que era el responsable de la pérdida del 74.40 por ciento de matorral de rosáceas con pastizales inducidos, hábitat, menciona la investigación, importante para especies de fauna silvestre como codornices, palomas y pequeños mamíferos. Además, con el crecimiento de esa mancha urbana, se habían perdido en aquel entonces ya 477.5 hectáreas de tierras agrícolas.
En 1974, la minería ocupaba una superficie de 50 hectáreas en esta zona, y sólo existía una pedrera en uso al norte del área y otra en el Cañón de San Lázaro pero con uso limitado. Para 2001 existían ya cuatro pedreras. No existen estudios recientes sobre el crecimiento de la mancha urbana hacia la Sierra, pero especialistas consultados afirmaron que no se ha frenado. La misma secretaria de Medio Ambiente en Coahuila, Eglantina Canales, ha tildado de desordenado y arbitrario el crecimiento de los desarrollos urbanos alrededor de la Sierra.
El municipio que le sigue con la mayor cantidad de volumen forestal aprovechado es Parras, pues han utilizado 30 mil 527.53 metros cúbicos en ejidos como Tizoc, Cerro Colorado, El Ángel, Loma Bonita, El Mimbre, entre otros.
San Pedro de las Colonias es otro municipio con bastante aprovechamiento forestal. De 2003 a 2013, se autorizó para esta ciudad utilizar 23 mil 606.08 metros cúbicos de árboles. Los aprovechamientos autorizados por la Semarnat se hallan en las comunidades de Menfis II, La Palma, Nuevo San Pablo, Ejido Puerto Ventanillas, Mala Noche y otros más.
Arteaga también se encuentra entre las ciudades con aprovechamientos maderables, pues se han autorizado seis explotaciones que suman 14 mil 773.202 metros cúbicos maderables, aunque para José Villanueva la zona montañosa de Arteaga no es apta para aprovechamientos por las pendientes. Cualquier actividad va a impactar la conservación de suelos y el ciclo hidrológico. Así mismo, recalcó que en sierra de Arteaga también se hallan aprovechamientos clandestinos.
Otros municipios con autorizaciones de aprovechar la madera de los árboles son General Cepeda, Torreón, Cuatrociénegas, Juárez, Ocampo, Viesca, Francisco I. Madero, Castaños, Zaragoza y Múzquiz.
Villanueva Díaz resaltó que aún persisten los aprovechamientos clandestinos en la entidad, mismos que tienen un alto impacto en la conservación de los suelos y de la biodiversidad. Lamentó que cuando existen aprovechamientos clandestinos, la tala es a mata raza, sin conocimiento; además, añadió, aprovechan árboles donde no se debería.
Expuso que en Sabinas, por ejemplo, existe un aprovechamiento maderable intenso que ha fragmentado los ecosistemas ricos en fauna silvestre y ha provocado el aislamiento de muchas poblaciones.
-Â Â Â Â Â Â Â ¿Es recurrente este fenómeno de aislar poblaciones?
-Â Â Â Â Â Â Â Sí, sobre todo con la minería, que es una industria muy poderosa. Por ejemplo hacían explotaciones de carbón cerca del afluente principal y toda el agua que debía circular en el cauce, pues por gravedad se iba primero a los enormes pozos y dejaba el río seco y eso mataba muchos árboles. Eso sin contar en la misma contaminación.
Criticó que en estas zonas de la carbonífera, no existen los corredores biológicos, situación que afecta la salud del ecosistema y tiene un alto impacto en el ciclo hidrológico porque al encontrarse un suelo desnudo, la poca o mucha lluvia escurre de forma rápida y llega a zonas alejadas a una recarga natural. Un centímetro de suelo puede tardarse hasta cientos de años en recuperarse.
El negocio de la ilegalidad
Según un estudio del INIFAP, en 10 años (1992-2002), el mezquital había perdido más de 50 mil hectáreas en Coahuila, el matorral más de 60 mil y el chaparral más de 331 mil.
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Para los especialistas, aún las explotaciones regulares de madera no tienen ningún valor agregado porque se exporta madera en rollo. No se hacen productos, muebles, no se generan recursos que podrían reinvertirse. Es un problema de México, vendemos madera en rollo, tronco, luego nos venden los derivados de la madera, criticó José Antonio Cueto Wong, director del Centro de Nacional de Investigaciones Disciplinaria en Relación Agua, Suelo, Planta, Atmósfera (Cenid-Raspa) del INIFAP.
Otro mal negocio es el del carbón en la zona de La Laguna. De 2005 a la fecha, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) ha decomisado en Coahuila, 163 mil 578.5 kilogramos de carbón vegetal, obtenidos de tala y transporte ilegal de madera para carbón, un promedio de 16.35 toneladas cada año, según información proporcionada a través de una solicitud de información (1613100078114).
Para dimensionar la cantidad de carbón asegurado, un coche promedio pesa una tonelada, es decir que en 10 años se aseguraron 163.5 toneladas, equivalente al peso de 163 automóviles.
El municipio coahuilense donde más carbón ilegal es asegurado, es San Pedro, pues en cinco años se han incautado 49 mil 075 kilos: 30% del total en el estado. Le sigue Francisco I. Madero con un total de 27 mil 876 kilos en 10 años. Tan solo en 2012, en Madero se aseguraron más de 20 toneladas de carbón.
Fue precisamente en 2012 cuando la Profepa aseguró más carbón en la entidad, con un total de 37 mil 331 kilos. En los últimos 10 años, únicamente en 2013 no se registró ningún aseguramiento de carbón vegetal en Coahuila.
Los 163 mil 578.5 kilogramos, representan, al menos, una tala de madera (principalmente mezquite) de 817 mil 715.7 kilos, según la relación de especialistas: 100 kilos de leña de mezquite es igual a 20 kilos de carbón.
163 mil 578.5 kilogramos, representa una pérdida para los carboneros de cerca de 458 mil 019.8 pesos, pues en promedio venden a los coyotes en 2.80 pesos el kilo de carbón. Sin embargo, a nivel comercial, las pérdidas podrían ascender a cerca de los dos millones de pesos.
Descontrol también de especies no maderables
Para José Villanueva, especialista forestal, el descontrol también alcanza las especies no maderables, lo que está acarreando tener suelos más áridos y salinos.
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Desde el 2000 a 2014, la Semarnat en Coahuila autorizó aprovechar cuatro millones 984 mil 445.974 toneladas de biomasa de diferentes especies como candelilla, lechuguilla, orégano, sotol, tierra de monte, cortadillo, cera y nopal rastrero.
Villanueva sostuvo que muchas explotaciones no están controladas y contribuyen a empobrecer los ecosistemas, debido a que no están tecnificados. Mucha gente llega y arranca la planta de raíz y eso tarda años en recuperarse.
Suelos, un recurso limitante, aseguran especialistas
El suelo, como el agua, es ya un recurso limitante en la región, aseguraron especialistas académicos consultados. La contaminación de metales y los cambios de uso de suelo sin control, están contribuyendo a que cada vez más se degrade el recurso.
Para Mario García Carrillo, investigador del departamento de Suelos de la Narro, siempre se la ha dado más interés a otros factores como el agua, cuando, aseguró, el suelo ya es un problema y un recurso igual de restringido.
Hay una degradación de los terrenos: Los de agostaderos se han ido sobre pastoreando, los que eran forestales se han ido deforestando, los que eran de bosque, se han ido talando. Los que eran agrícolas se hicieron urbanos. Eso ha traído una degradación de los suelos. En Torreón ya todo es urbano, antes había suelos agrícolas, ahondó.
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Miguel Ángel Segura Castruita, Jefe de División de Estudio Posgrado del Instituto Tecnológico de Torreón (ITT), coincidió en que hoy en día el suelo es ya un recurso natural restrictivo. Todo mundo piensa que el suelo es un recurso inagotable y que podemos hacer un uso excesivo sin pensar que se puede degradar, comentó el académico.
De hecho, para Segura Castruita, el grado de degradación química de los suelos es muy grave. Recordó que en 2002 se había hecho un estudio nacional sobre las condiciones del suelo en el país, mismo que arrojó el grado de deterioro alto en el que se encontraban. A 12 años, no se ha hecho nada al respecto, aseguró.
Sin planes y sin seguimientos
Los mejores suelos, son mejores para todo, expuso Miguel Ángel Segura del ITT, por lo que de seguir degradándose, dijo, no van a ser útiles ni para construir en el lugar. Es de pensarse bien cómo se tienen que hacer las cosas. Los cambios de uso de suelo para aspectos industriales o urbanos deterioran el recurso por un sellamiento, es decir, el pavimento o cemento sella el suelo, lo que impide cumplir la función de intercambio gaseoso con la atmósfera, profundizó el especialista.
Para Segura Castruita, los cambios de uso en la región están desordenados porque no hay estudios reales y no se piensa en un ordenamiento territorial o ecológico donde se analicen las condiciones del suelo o de otros recursos.
No hay nadie que diga esta área nos conviene para construir pero hay otra que nos conviene conservarla, reservarla o decir que sea netamente de cultivos. Parece muy difícil pero los países desarrollados han probado que se puede tener todo en equilibrio, arguyó.
Lo mismo argumentó José Cueto Wong, director del Cenid Raspa, quien expuso que los países desarrollados tienen sus planes de crecimiento a 50 años mientras que aquí cualquiera vende su rancho y lo lotifica. No crece como una red planeada y al no planearla se exigen servicios cuando no existen.
Cueto Wong refirió que son pocas las actividades que están proyectadas y pocas las que están reguladas. Criticó que se conoce el diagnóstico de la zona, se hace un plan pero no se respeta, no se supervisa y no se da seguimiento.
Las actividades productivas se van desarrollando al buen entender de la gente, sin criterio de sustentabilidad. La supervisión y seguimiento no existe. Cada administración hace planes y planes. Cambian las autoridades y empiezan nuevos planes, no se aprovecha lo anterior. No es un problema de desconocimiento o de plan, sino de seguimiento y de regulación, una falta de voluntad, de cultura ambiental, de responsabilidad social.
-Â Â Â Â Â Â Â Pero hay que ponerle nombre, son dependencias como Semarnat, Profepa
-Â Â Â Â Â Â Â Sí, no están haciendo totalmente su trabajo pero desconozco las razones. Todos tenemos algo que hacer para el cuidado.
Afectaciones
José Antonio Cueto Wong, explicó que las afectaciones por cambios de suelo van a variar dependiendo del potencial ambiental de cada sitio. A primera instancia, el impacto es en la flora y fauna.
No es lo mismo que se explote de manera no tecnificada un sitio donde hay una precipitación importante porque el suelo está propenso a erosionarse. El nivel de impacto está relacionado con la precipitación. Entre más frágil el sitio más grave el impacto y más lenta la recuperación suponiendo que se pone atención a la recuperación, profundizó.
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Mario García Carrillo, investigador de la Narro, afirmó que la productividad de las suelos se ha ido mermando y por consecuencia son más requeridos diferentes insumos como fertilizantes. En el área del Distrito de Riego, contó, el 30 por ciento de los suelos tienen problemas de sales y sodio, lo que disminuye el rendimiento.
García Carrillo ahondó que con los cambios de uso de suelo, sobre todo con la pérdida de la vegetación, el suelo está dispuesto a los agentes físicos (lluvia, viento, agua), por eso problemas como la erosión, la pérdida del suelo fértil. Se pierde la primera capita, los primeros centímetros y eso quiere decir pérdida de fertilidad.
Aunado a esto, según García Carrillo en la parte baja los suelos cada vez están más contaminados por el exceso en el uso histórico de plaguicidas y la presencia de metales pesados como el plomo, cadmio y arsénico, lo que de igual manera afecta la productividad del suelo.
Además, los suelos deforestados, por ejemplo, se ponen a disposición de los agentes de la erosión y a decir de García Carrillo, al no existir vegetación, surgen fenómenos como el hecho de no detener los escurrimientos de lluvia, mismos que arrastran gran cantidad de solutos y provocan una disminución de la capa del suelo. La pérdida de fertilidad de los suelos, en una proyección a largo plazo, puede traer la falta de producción de alimentos, advirtió.
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De no corregirse, la proyección de Miguel Ángel Segura es que la ciudad de Torreón, por ejemplo, se unirá a Francisco I. Madero, no es tan descabellado. Además, la vocación de los suelos, que es una vocación agrícola, se perdería y el recurso se agotaría.