Vecinos del surponiente de Saltillo amagan con formar un grupo de autodefensa por alza en inseguridad
Hartos de que a cada rato son visitados por los ladrones, vecinos de sectores del surponiente de Saltillo advierten a las autoridades que de seguir sin actuar formarán ellos mismos un grupo de autodefensa.
Esto debido a que la mayoría de los moradores de colonias como San Nicolás de los Berros, Rincón de los Pastores, Huertas de Puente Moreno, Mario Ortiz y Diana Laura Riojas, han sido robados hasta por cinco ocasiones consecutivas por una familia de delincuentes que ya están denunciados y plenamente identificados por la policía.
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Empero, hasta ahora los ladrones han gozado de total impunidad, los detienen y a la vuelta de los días los sueltan y ellos continúan con su actividades delictivas.
“Habíamos atrapado a uno, anduvimos dizque en la demanda y nos traían a puro vuelta y vuelta, quitando tiempo y al último no hicieron nada, lo soltaron a él y nosotros nos quedamos con el coraje nomás”, declaró un habitante de Rincón de los Pastores.
La situación en este sector de la ciudad ha llegado a tal extremo, que la gente teme salir de sus casas a realizar algún mandado y encontrar sus hogares saqueados cuando regresen.
“Ya estamos hartos, cansados uno ya no halla cómo hacerle para salir”, comentó una madre de familia.
Entre los pandilleros que integran, a decir de los vecinos, una bien conformada red de delincuencia, se barajan los nombres y apodos de “El Gokú”, “El Tontín”, “El Pata Mocha”, Juan Jaime “N”, Andrés “N”, Alberto “N” y Carlos “N” “El Buca”, líder de la banda.
Algunos de ellos pertenecen a una familia apellidada Torres Córdova, que tiene su base en la colonia Mario Ortiz.
“Tienen todo planeado, todo planificado, saben los movimientos de la policía municipal. Es toda una familia, está bien identificada, vive en la calle Eulalio Gutiérrez, de la Mario Ortiz y hasta mujeres andan. Los municipales saben dónde es”, narró uno de los afectados.
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Además mencionan a un tal Gustavo Nuncio, presunto prófugo de la justicia por el delito de homicidio, como otro de los cabecillas de los ladrones.
“No sabemos por qué no lo han detenido. Aquí en Rincón tiene dos asesinatos y trae arma de fuego”, contó otro de los inconformes.
Según los habitantes de estos lugares, los ladrones aprovechan cualquier hora del día para meterse a robar o por ventanas o por la puerta o por el techo a las casas, y vaciarlas.
“Destrozaron la ventana de mi casa, arrancaron la protección, se metieron e impunemente se llevaron un montón de cosas. Hay videos y fotos y todo, la Fiscalía dice que está trabajando, pero no vemos resultados”, reveló una afectada.
Y ya en reiteradas ocasiones se ha dado el caso de que cargan con plasmas, cilindros de gas, calentadores, una revolvedora, materiales de construcción, dinero, ropa, documentos, plantas de luz, herramientas, baterías, monturas de caballo, andamios, botellas de vino, cobertores, lociones, ventiladores, bicicletas, muebles, adornos, material eléctrico y hasta despensa, objetos que son transportados en diablitos a la vista de la gente que transita por las calles de los citados sectores.
ASALTO A MANO ARMADA
“Eran ocho los que se metieron a la casa, amarraron a mi papá, lo dejaron amarrado en un sillón, lo amenazaron con la pistola, que no alzara la vista, voltearon los colchones... A mi hermano lo golpearon, lo dejaron tirado. Hubo denuncia y no se hizo nada”, dijo otro de los inconformes.
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Los moradores de estas colonias, que ya tienen bien estudiado con asombro el modus operandi de estos pandilleros, aseguran que usan todo tipo de herramientas como cizallas, marros, martillos y barras, para romper candados, cadenas y forzar protecciones de ventanas y así cometer sus atracos.
Se trata dicen de ladrones profesionales que han hecho de esta actividad una forma de vida.
Las familias de esta parte de la ciudad señalaron también el abandono el que se encuentran estas colonias, en cuyas calles falta pavimento, limpieza e iluminación lo que las convierte en nido de malandros y paso inseguro para los vecinos que van o vienen del trabajo o a dejar o traer a sus hijos a las escuelas.
Entre este puntos problemáticos está el ubicado debajo del Puente Moreno, que carece de asfalto, corren aguas negras, no hay luminarias y está convertido en un tiradero clandestino de basura, escombro y animales muertos.
“Es precisamente ahí donde viven estas gentes, no sabes en qué ratito pueda salir uno con una navaja, un cuchillo. Ahí por las noches se reúnen los rateros y es paso de niños y mujeres”, dijo un padre de familia del sector.
La última es que los pobladores del surponiente han descubierto que ya los ladrones usan armas de fuego y fileros, con los que suelen asustar a sus víctimas.
“Mi hijo iba a la casa y los vio con mis cosas y les dijo ‘esas cosas son de mi mamá‘, y le sacaron una navaja, nada más que llegó otro vecino y le hizo el quite a mi hijo...”, lamentó una de las quejosas.
Varias reuniones han tenido ya los afectados con la policía para ver el modo de cómo acabar con esta situación de inseguridad que los mantiene al borde de un ataque de nervios y rabia.
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Sin embargo, hasta ahora no habido nada claro sobre una estrategia para detener a los ladrones y que la paz vuelva a sus colonias.
“Las autoridades no nos han dado una respuesta congruente, sobre todo la Fiscalía, ponemos las denuncias y quedan en el aire...”, explicó una lugareña.
Los habitantes de aquel sector hicieron un llamado a las autoridades ministeriales para que atiendan las denuncias, investiguen y consignen a los pandilleros, así como a las autoridades municipales para que hagan colocar una caseta de vigilancia e incrementen los rondines policiacos.
“No hemos visto ningún resultado de la Fiscalía, la Policía Ministerial ni siquiera se ha aparecido en ninguno de los robos estos, teniendo videos de los asaltantes en el momento del robo y la policía ministerial ni sus luces, ni siquiera ha venido a dar la cara”, reprochó otra víctima.
Por esta razón advirtieron que de seguir así las cosas se verán obligados a hacerse justicia por su propia mano y forman un grupo de autodefensa a fin de salvaguardar ellos mismos sus bienes y su integridad.
“Sabemos que el riesgo que corremos es mucho mayor al que pueden correr los malandros, pero nos están orillando a eso”, advirtió un vecino.
