Chris Evert duda sobre Serena Williams
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Embajadora de la WTA para el Masters que se jugará a fin de año en Singapur, a sus 59 años Evert puede recordar con orgullo su carrera.
Madrid, España.- Leyenda del tenis femenino, la estadounidense Chris Evert está resignada a que su compatriota Serena Williams iguale y probablemente supere su marca de 18 títulos de Grand Slam, aunque no está segura de que la número uno del mundo sea realmente "tan buena".
"¿Es ella tan buena o quizás el resto de sus rivales no son tan fuertes?", dijo Evert durante una reciente entrevista con la agencia dpa en Australia en la que elogió la rivalidad de Rafael Nadal y Roger Federer y dejó en claro que no considera buenas personas a Jimmy Connors y John McEnroe.
Embajadora de la WTA para el Masters que se jugará a fin de año en Singapur, a sus 59 años Evert puede recordar con orgullo su carrera: 154 títulos conquistados, 18 de ellos de Grand Slam, y una rivalidad con Martina Navratilova que a lo largo de 80 partidos marcó al tenis en los años '70 y '80.
Williams cayó en los octavos de final del Abierto de Australia en enero, cuando la sensación generalizada era que ganaría el torneo para igualar los 18 grandes de Evert y Navratilova. Evert no se hace ilusiones, sabe que la menor de las Williams alcanzará y superará en algún momento su marca.
"Sí...", dice tras un prolongado silencio. "Me va a alcanzar... 18. Lo hará".
"Lo interesante es que ella estuvo en el tenis, pero también fuera de él. No tuvo una rival, Martina y yo luchamos por 18 años. Entre las dos ganamos 36 Grand Slams. Con Serena hay que preguntarse, ¿es ella tan buena o quizás el resto de sus rivales no son tan fuertes?".
Evert cree que el circuito actual de la WTA tiene "más profundidad" que antes y es "más internacional".
"Quizás en ese sentido haya más competencia, sea más difícil ahora", añade, en lo que podría parecer una contradicción con su opinión sobre Serena, pero en realidad no lo es.
Cuando analiza a las grandes de la historia, Evert se refiere a las rivalidades de fuste, a los choque entre aquellas que realmente pueden aspirar a títulos. Así, no tiene dudas a la hora de elegir a las dos más grandes de la historia: Navratilova y la alemana Steffi Graf, ganadora de 22 títulos de Grand Slam.
"Creo que Martina y Steffi serían mis dos primera opciones, y añadiría a Serena por las nuevas tecnologías y la capacidad atlética. Creo que sería la mejor jugadora en lo físico, pero cuando hablas de campeonas debes mencionar a Steffi y a Martina".
Evert, que entre los hombres elige a un trío conformado por Rod Laver, Pete Sampras y Roger Federer, cree que es imposible determinar quién fue el mejor jugador de todos los tiempos.
"¿Cómo lo harías? ¿Cómo lo mides? ¿Lo mides por consistencia, por títulos de Grand Slam, por cuánto tiempo fuiste número uno? No lo sé".
Cuando se le pregunta por Nadal y Federer, los dos hombres que marcaron la última década en el tenis maculino, Evert encuentra rápidamente las palabras para describirlos.
"Belleza", dice al referirse al suizo. "Un guerrero, un soldado", añade al describir a Nadal, del que está segura que superará el récord de 17 títulos de Grand Slam en manos de Federer: "Tiene al menos tres años más en los que ganará uno o dos por temporada".
"Diría que Federer es más un artista y Nadal un guerrero. Diferentes estilos, diferentes temperamentos, diferentes personalidades... Eso es lo que le da forma a una gran rivalidad".
Pero con eso no es suficiente, la clave de una rivalidad sana pasa por algo más.
"Si tienes dos buenas personas puedes tener una buena rivalidad. Dos personas de buen corazón, y creo que Roger y Rafa son buenas personas", explicó a dpa Evert, que en los '70 fue novia de Jimmy Connors.
"Si hay una mala persona entonces no será una buena rivalidad. Hay que mantenerlo lo más humano posible".
Feliz en medio de su análisis de la historia y del presente, la tensión se apoderó brevemente de Evert al preguntársele si la de Connors y John McEnroe era una rivalidad sana, buena.
"No, no se querían el uno al otro en absoluto. No. No...". Y se ríe, nerviosa. "Pasemos a otro tema...".
Por Sebastián Fest/DPA