Calor texano en tarde de nocauts

El Paso.- No pudo tener mejor nombre. El Sun Bowl Stadium marca más de 40 grados. Para los que están arriba del ring, pero así también para los que se encuentran en las gradas y los que aún van llegando de todos los rincones latinos suelo estadounidense para observar a Julio César Chávez Jr en su afrenta contra Andy Lee.

Pese a la intención de cancelar la pelea del campeón mundial medio del Consejo Mundial de Boxeo, en el campus de la Universidad de Texas, la misma entidad educativa aceptó el evento boxístico para demostrar la realidad de su slogan de la ciudad el cual reza: "El Paso, la ciudad más segura de los Estados Unidos".

Hay miles de aficionados de El Paso, pero así también los que cruzaron el Río Bravo de Ciudad Juárez y miles más de latinos de ciudades como Alburqueque, Phoenix, Tucson y de varios condados texanos cercanos. Más de 20 mil aficionados con atuendos mexicanos y playeras de Chávez Jr.

Los primeros en arribar se enfrentan a un calor típico del desierto y con la sorpresa de la prohibición de venta de cerveza u otra bebida alcohólica. La tradicional bebida para sofocar las altas temperaturas tuvo que ser sustituida por refresco y botellas de agua. Una medida preventiva de la misma universidad texana.

Las primeras cinco batallas se fueron por la vía del nocaut y ni una paso del quinto asalto. Una tarde boxística marcada por el golpe explosivo, los ganchos fulminantes a la quijada y el vuelo de toallas blancas de las esquinas. En ese panorama, Chávez Jr. subió en busca de su propio nocaut.

Y entre el español al más puro acento "ssshhihuahuense", mezclado con palabras en inglés, la mayoría vaticinaba victoria del Hijo de la Leyenda por la misma vía rápida. Una contienda que tuvo la intención de ser adelantada ante, por irónico que pareciera, amenaza de lluvia al caer la noche. Y es que el cielo del Sun Bowl Stadium es más impredecible que la decisión de los jueces de Las Vegas.