Zen de cantina
COMPARTIR
TEMAS
ZEN DE CANTINA
Susurra el televisor
de la cantina en penumbra;
para irse no hay valor,
pues afuera el sol deslumbra.
La columna de vapor
igual que mármol se encumbra:
el ojo no se acostumbra
a lágrima y escozor.
Damas sin pies ni cabeza
vociferan en pantalla,
sordas al gong y al amén.
Dormita el tiempo en la mesa,
cual gato de faramalla
en la cantina del zen.
ENIGMA
La realidad es la más pobre
de todas nuestras fantasías,
el oro convertido en cobre,
no el sol, sino las celosías.
Lo objetivo es sólo una idea,
la experiencia es una costumbre
de la conciencia, es el alumbre
con que el espejo fantasea.
La cosa nunca ha sido seria,
es un juguete; lo concreto
es cara exterior del secreto:
todo es enigma y esoteria.
La libertad es la persona,
no la máscara que pregona.
SOBRE LA LECTURA
Todo lector es un lector a medias,
a excepción del lector de poesía:
lee si acaso el periódico del día,
los diccionarios, las enciclopedias.
Lee dramas, novelas y comedias,
algún manual, una monografía,
crónica, reportaje, biografía,
toda suerte de obras intermedias.
Se lee poesía por temporadas,
nunca alcanza a volverse una costumbre,
como la luna, el pájaro o el gato:
las páginas impresas y olvidadas
encuentran su destino, así, en la lumbre,
o la lluvia las torna un garabato.