Una nueva esperanza
COMPARTIR
TEMAS
Aunque ella está perfectamente sana, sufre del síndrome de Leigh, una enfermedad neurológica y hereditaria muy extraña causada por mitocondrias defectuosas. Las mitocondrias son una estructura que se sitúa en el interior de una célula y que genera su energía y realiza otras funciones que mantienen a las células sanas.
Cada mitocondria tiene un círculo de ADN con 37 genes necesarios para la función mitocondrial. Una mutación en uno de estos genes causa el síndrome de Leigh, una enfermedad cuyas posibilidades de vida al nacer son muy escasas y no existe tratamiento para atender los síntomas que pueden ser retraso mental, afecciones cardiacas, convulsiones y espasmos.
La mujer de 30 años de edad había tenido dos embarazos y en ambos sus niños nacieron con este síndrome y murieron. ¿Esto tenía que seguir siendo así porque Dios lo quiso? Ya no más. Hoy gracias a la ciencia existe una nueva esperanza. Y es que la semana pasada la revista New Scientist reportó el nacimiento de un bebé con el ADN combinado de tres personas.
La técnica implicó sacar el ADN enfermo del óvulo de la madre e insertarlo en el óvulo de una donante, que fue fertilizado. Así es como el bebé tiene ADN tanto de los dos padres como de la donante del óvulo sano. Esto proceso de edición genética, permitió al bebé nacer sano y evitar heredar de su madre este gen que lo hacía susceptible a una enfermedad mortal.
Fue un equipo dirigido por los doctores John Zhang y el mexicano Alejandro Chávez Badiola quienes realizaron el procedimiento en Guadalajara, pues, hasta el momento, la legislación de los Estados Unidos no permite esos métodos de reproducción y en México no está regulada.
Hace apenas unos meses aquí escribí que en algunas décadas, cuando volteemos hacia atrás, recordaremos al 2016 como el año en que empezamos a dar los primeros pasos para trascender como especie. En junio de este año, la Autoridad de Fertilización Humana y Embrionaria del Reino Unido dio la primera aprobación para el uso de la tecnología “CRISPR” y con ello modificar de forma permanente el ADN de un embrión humano.
En marzo de este año, la revista científica Nature le dedicó un amplio reportaje a esta investigación que se describe como una herramienta molecular para editar o corregir el genoma de cualquier célula, incluyendo las humanas.
Pero hoy la ciencia lo ha hecho posible y fue en México, en la clínica New Hope de Guadalajara en donde auténticamente se creó una nueva esperanza para la especie humana en su lucha por desarrollar tecnología y conocimiento para, por medio de la ingeniería genética, editar, cortar, corregir o agregar algo al genoma de cualquier célula y con ello curar lo incurable y derrotar al destino manifiesto, como pueden ser enfermedades como cáncer, sida, diabetes, cardiovasculares y hasta obesidad.
Además, se podrían solucionar enfermedades genéticas como el labio leporino, paladar hendido, hemofilia y el síndrome de Down. Por supuesto que esto ha despertado un debate acerca de la ética en estos procedimientos y sus alcances.
La edición del genoma nos presenta la posibilidad muy real de que cualquier aspecto del ser humano puede ser manipulado como deseamos, lo que podría significar la eliminación de condiciones genéticas perjudiciales como enfermedades hasta llegar a la eugenesia, la pretensión de algunos para que la ciencia aplicada mejore las cualidades físicas e intelectuales de las futuras generaciones; algo así como el sueño del doctor Mengele, en donde los que tienen amplios recursos económicos y acceso a la tecnología podrían seleccionar la base de rasgos considerados meramente deseables: los ojos, la piel, el color del pelo o la altura.
Se trata también de una “nueva esperanza” para los tristes y feos casos de algunas personas que a pesar de todo su dinero, no han logrado convencer a ese espejo traicionero y terco que jamás les muestra lo que quieren ver. Y aunque esta técnica genética no les ayudará a mejorar su espíritu monstruoso, al menos la ciencia podrá hacer algo por su físico. Por lo pronto, y cuestionado acerca de la ética en el procedimiento realizado en México, el doctor John Zhang ya declaró y fue contundente: “Salvar vidas, ésta es la decisión ética correcta”.
@marcosduranf