Trump vs. Trump
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México quizá, en vez de ser tratado como el vecino pobre, pase a ser tratado como el vecino ultracorrupto. Quizá ya no exista quién salve nuestro peso o al Presidente irresponsable que lo hunda. Este tipo de escenario es la razón por la que Trump aterroriza a nuestras élites políticas, empresariales e intelectuales.
El nivel de histeria que la candidatura de Donald Trump ha adquirido no tiene precedente. ¿En realidad Trump es el nuevo Hitler como algunos lo caracterizan inclusive en Estados Unidos? ¿Un loco se robó la candidatura republicana? ¿Va a deportar 11 millones de extranjeros el veintiuno de enero?
Averígualo personalmente durante un par de horas del próximo lunes en el gran debate entre Donald Trump y Hillary Clinton. Actualmente la contienda está así:
La señora Hillary es una política profesional con más de treinta años de andanzas y fue parte del equipo de Obama. Ha liderado las encuestas pero sus márgenes han estado cayendo peligrosamente a partir de que se enfermó y no lo dijo. Extrañamente tiene casi un año de no dar una conferencia de prensa. Para cubrirla, el presidente Obama, su esposa Michelle y Bill Clinton están haciendo campaña por ella.
Como ella no tiene un récord de logros tangibles qué ofrecer, y sí varios escándalos que la acechan, su única estrategia posible será tratar de hacer que Trump pierda los estribos y se vea poco confiable como el futuro Presidente del país más armado del mundo.
Donald Trump, por su parte, es un empresario archimillonario, audaz plus para los negocios pero sin experiencia en política. Ganó la candidatura a otros 16 contendientes republicanos, entre ellos Jeb Bush. Quizás eso explique que papá Bush se ha unido a otros jerarcas republicanos urgiendo a votar por la señora Clinton.
Trump ya no es el mismo que se posicionó en primer lugar con sus declaraciones estridentes contra los migrantes mexicanos. Algo ha aprendido de su nueva jefa de campaña, Kellyanne Conway, una mujer inteligente y conocedora. Por lo visto también muy convincente ella, pues Trump está tendiendo lazos hacia la comunidad afroamericana. El dr. Ben Carson, un gran cirujano negro, anda extra activo como interlocutor.
Por eso planeo que el debate será entre el Trump volátil contra el Trump estable. El estridente contra el agente de cambio creíble y confiable. Veremos si éste existe y aflora.
Contabilizar los goles será tan fácil como en el futbol. Las posturas de ambos candidatos están totalmente polarizadas.
Trump se presenta como el agente de cambio, el innovador. Dice que la economía es un desastre y que Obama duplicó la deuda. Quiere mantener empleos en Estados Unidos y revisar el TLC. Hillary es partidaria del status quo, de seguir la línea de Obama. Asegura que Estados Unidos está como nunca de bien en lo económico.
Trump apoya el uso de armas para defensa personal y su línea dura en la “ley y orden” lo hace el consentido de los jefes policiacos de todo el país. Hillary está a favor del control gobiernista de las armas y simpatiza abiertamente con el grupo Black Lives Matter que grita “muerte a policías cerdos” que disparan y matan a afroamericanos indefensos.
Entre las cosas que preocupan especialmente a los mexicanos, Trump está decidido a evitar una frontera porosa por la cual se cuelen inmigrantes y especialmente heroína mexicana. Es un radical contra el uso de drogas.
Hillary apoya no aplicar las leyes federales en estados que han legalizado la mariguana. Tolera ciudades refugio y favorece albergar refugiados sirios.
Hay una razón principal para presenciar el debate entre Hillary Clinton y Donald Trump: ver y juzgar sin intermediarios.
javierlivas@prodigy.net.mx