Trump sufre de narcisismo maligno, aseguran expertos
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Harold Bornstein, médico personal del presidente de Estados Unidos, reveló detalles sobre los medicamentos que consume el mandatario. Psicólogos y psiquiatras hablaron sobre los posibles trastornos que sufre el magnate republicano
Una carta pública en 2015, firmada por Harold Bornstein, detallaba el estado de salud de Donald Trump de cara a su candidatura como presidente de Estados Unidos. "Sería el presidente más sano de la historia", recalcaba. Desde entonces, no se habían registrado novedades del médico personal del magnate. Hasta los últimos días, que Bornstein hizo su reaparición pública en cuatro entrevistas a distintos medios norteamericanos.
Dentro de los puntos que tocó, sobresale la revelación vinculada al cabello de Trump, siempre blanco de burlas y memes alrededor de las redes sociales. Bornstein develó que el flamante presidente utiliza una droga llamada finasterida para el crecimiento del pelo.
A su vez, también especificó que el presidente toma un antibiótico conocido como rosuvastatina para estabilizar el colesterol y los lípidos, tetracycline para controlar la rosácea -la condición que enrojece parte de su cara-, además de una aspirineta diaria que busca reducir el riesgo de sufrir un infarto.
El doctor Bornstein sostuvo que su paciente se encuentra en buen estado de salud pese a haber convertido en el presidente más anciano de Estados Unidos con 70 años. Cuando se le preguntó sobre la reciente afirmación que mencionaba una presunta fobia a la bacterias, aseguró que era un tema que nunca había surgido en sesión.
La salud mental de Trump
La Asociación de Psiquiatría Americana (APA) prohíbe terminantemente la publicación de opiniones sobre posibles diagnósticos profesionales. Sin embargo, muchos especialistas de la salud mental en Estados Unidos creen verse obligados a hablar.
A expresar sus opiniones sobre el presidente electo ya que, de lo contrario, creen que minará las emociones de aquellos considerados como el "otro". En sus palabras, "grupos históricamente denigrados como los que vendrán a futuro".
A tal punto llegó la iniciativa que se formó el grupo "Los Terapeutas Ciudadanos contra el Trumpismo", cuyo manifiesto reza: "Como psicoterapeutas que practicamos en los Estados Unidos, estamos alarmados por el surgimiento de la ideología del trumpismo, que vemos como una amenaza para el bienestar de las personas por las que nos preocupamos y para la propia democracia norteamericana".
Y continúan: "No podemos permanecer en silencio mientras presenciamos el surgimiento de una forma estadounidense de fascismo. Podemos aprovechar este tiempo de crisis para profundizar nuestro compromiso con la democracia americana".
Los profesionales de la salud pública desafían lo propios límites que demarca su profesión y expresan sus pareces. Sus diagnósticos sobre Donald Trump en base a los comportamientos que observan de él. Recientemente, John D. Gartner, un prestigioso psicoterapeuta, señaló a U.S. News que Trump "está mentalmente enfermo y su temperamento lo vuelve incapaz de ser presidente".
Sin embargo, el diagnóstico que se instaló y gana adhesión en los psiquiatras opositores de Trump habla de "narcisismo maligno", el cual implica una mezcla de narcisismo con trastorno de personalidad antisocial, agresión y sadismo.
La Asociación Americana de Psiquiatría presenta una lista de nueve puntos de verificación para el de narcisismo.
De acuerdo al listado, si alguien muestra solo cinco de los siguientes rasgos, implica que posee el trastorno:
1. Tiene un exceso sentido de la importancia que posee.
2. Se preocupa por fantasías de éxito ilimitado, poder, brillantez, belleza o amor ideal.
3. Cree que él o ella es "especial" y único y que solo puede ser entendido por, o debe relacionarse con otras personas especiales o de alto estatus.
4. Solicita una admiración excesiva.
5. Cree que es un privilegiado. Es decir, tiene expectativas poco razonables de que tiene que recibir un trato especialmente favorable o cree que sus expectativas se tienen que cumplir automáticamente.
6. Se aprovecha de otros para lograr sus propios fines.
7. No tiene empatía. No está dispuesto a reconocer o a identificarse con los sentimientos y necesidades de los demás.
8. A menudo envidia a los demás o cree que otros tienen envidia de él o ella.
9. Muestra comportamientos o actitudes arrogantes y altivas.
Con información de medios