Tigres: ya es tiempo de conectarse
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Es muy pronto aún para proyectar el alcance que tendrán los equipos en el Clausura actual. En una Liga mexicana dónde lo más importante no es comenzar bien sino terminar mejor, de aquí hasta la Liguilla el suspenso y la ciclotimia futbolística estará garantizada.
Por lo mismo, es imprudente señalar a quienes pintan como posibles candidatos al título –Toluca, Pachuca o hasta Cruz Azul ganan los reflectores mediáticos–, como tampoco es justo cuestionar con dureza a quienes todavía no han ganado.
Tigres y América, por ejemplo, apenas van despertando del mismo sueño que ambos compartieron en diciembre pasado en busca del título.
Ambos finalistas, rivales este fin de semana, todavía están en proceso de tomar ritmo, pero sobre todo, están en camino de enchufarse mentalmente en la nueva competencia. Juzgar sus respectivos desempeños con uno o dos juegos disputados, quizás es un poco apresurado.
Sin embargo, y más allá de ciertas consideraciones, el campeón y el subcampeón no pueden perder de vista los puntos y la exigencia porque el terreno perdido puede costar recuperarlo.
Tigres está en estado neutro. Ni con el equipo alternativo ni con su cuadro habitualmente principal ha podido sacudirse el confeti de su última consagración.
El aficionado parece estar tranquilo porque deduce que Tigres, más temprano que tarde, volverá a ser ese equipo solvente que supo imponer condiciones en los últimos torneos. Sin embargo, falta que lo demuestre y así despejar las dudas cuanto antes.
No le es fácil a un equipo sin suficiente descanso y sin una etapa de preparación adecuada entrar en sintonía rápidamente. Tigres ha sufrido por los caprichos del calendario, pero ello no lo exime en un todo.
Como campeón está obligado en las próximas fechas a presentar una cara más agradable. No podrá vivir refugiado en las excusas durante todo el torneo.
Fue entendible su situación, pero estamos hablando de un plantel dotado de gente profesional cuyo trabajo es jugar futbol y con facilidad, para adaptarse a las circunstancias.
No obstante, no se sabe qué pasará con Tigres en los próximos meses cuando tenga que exigirse en la doble competencia. La parte final de la Concachampions condiciona y mucho a un equipo que tiene una deuda consigo mismo en la órbita internacional.
Habrá que esperar si el desgaste físico-mental del último año no arroja consecuencias y termina por orillarlo a la insuficiencia y a la improductividad.
Aparte, otra pregunta sin respuesta es por cuánto tiempo más seguirá siendo Tigres un equipo protagonista después de mantenerse algunos años con viento de cola en la parte alta de las posiciones.
Torneos atrás el equipo de Ferretti supo ofrecer síntomas de estar aburguesado, ciclado y poco convencido a distanciarse de sus hábitos colectivos que le habían dado resultados. Se quedó sin fuerzas para revalidarlos.
Es decir, cuando ocupaba cambiar no lo hizo y se dejó llevar por la inercia de un pálido funcionamiento, ¿volverá a tener un torneo sabático? Aún no lo sabemos.
Pero Tigres también ha dado muestras que puede resurgir en el momento menos esperado, incluso, sin avisar que está de regreso.
Sólo le ha bastado motivarse y desempolvar con efectividad su fórmula ganadora, esa que está atada a un modelo de ejecución que, con todo y altibajos, ha encontrado en la continuidad su principal atajo para acercarse a los objetivos futbolísticos por destacados méritos deportivos.
Esta función del Clausura recién empieza y por ahora son puras conjeturas. Sin embargo, a Tigres, por lo pronto, ya se le acabó el tiempo de reposición.
marfex37@hotmail.com