Sin director y sin Constitución 1/2
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Conocí a Luis Efrén Ríos cuando éste formaba parte medular de un grupo político bajo la égida de Raúl Sifuentes Guerrero. Era el llamado grupo de la “Burbuja”, hombres y mujeres de la función pública que estaban cohesionados con el entonces poderoso Secretario de Gobierno de Enrique Martínez y Martínez como gobernador. Aquí también conocí al joven abogado Noé Garza, de hecho, el ibérico Efrén me presentó a su entonces colaborador y mano derecha. Y usted lo recuerda, parte del grupo eran también Jorge Luis Morán, ahora alcalde de Torreón, el mismo ahijado Miguel Ángel Riquelme, Laura Reyes Retana, Salvador Hernández Vélez y otros.
Rueda rodando la política de vecindario que habitamos y padecemos; al ganar el profesor bailarín, Humberto Moreira, la Gubernatura de Coahuila, el grupo la “Burbuja” y su jefe máximo, Raúl Sifuentes, fueron apaleados hasta casi desaparecer. Fue cuando Luis Efrén se fue a cursar estudios de postgrado lo mismo a España que a Italia. Con una larga trayectoria académica y autor de varios opúsculos, inició su coqueteo con las nuevas autoridades de Coahuila bajo el mando de Rubén Moreira. Ya luego regresó y poco a poco fue depredando el terreno hasta incrustarse en varias instituciones y, de paso, quedarse bajo el brazo con un proyecto mayor por encargo del Gobernador: la redacción de la tan anunciada nueva Constitución de Coahuila. Si usted revisa la prensa desde hace años a la fecha, hay dos proyectos que fueron anunciados hasta el hartazgo, con pompa, palio, boato y Te Deum, por las autoridades oficiales: la nueva Constitución y la gran Biblioteca/Centro Cultural en honor de Armando Fuentes Aguirre.
Ni lo uno ni lo otro. Hoy, el Gobierno Estatal tiene en Fuentes Aguirre a uno de sus más acérrimos críticos. Rubén no se expresa nada bien del cronista en privado. No lo baja de “traidor”. Y hoy, hace apenas días, fue corrido vergonzosamente de la Dirección de la Facultad de Jurisprudencia (renunció, pues), quien no pudo con el proyecto de la nueva Constitución, el doctor Luis Efrén Ríos. Junto con él, su equipo de “Burbujos”. Se alega corrupción y uso discrecional del dinero en pro de su grupo. Lo de siempre. Efrén será muy ducho en jurisprudencia internacional, pero no sabe nada o no aprendió nada de su patrón, Raúl Sifuentes, en materia de grilla y política de vecindario. Sin honor, sin decoro, sin valentía, sin blasones, dejó la Dirección que venía usando para aspirar a la Rectoría de la UAdeC (en la campaña de reelección de Blas Flores, no pocas veces le enderezaría dardos enigmáticos y envenenados. De hecho, aquí perdió Blas).
Esquina-bajan
La nueva Constitución nunca cuajó. Luis Efrén Ríos, amén de haber sido director, era al mismo tiempo titular de la Academia Interamericana de los Derechos Humanos y forma parte del grupo interdisciplinario que investiga a tanto desparecido en Coahuila. Específicamente es presidente de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAVI), con un sueldo mensual de 12 mil 264 pesos, más un “incentivo” de 20 mil 201 pesos y un bono de “despensa” por mil 900 pesos. En Leyes, cobraba 99 mil 363 pesos mensuales (datos ventilados públicamente). Amén de ese proyecto malogrado de la nueva Constitución de Coahuila. Y no puedo menos que dejar aquí una pedestre lección de periodismo que de tan obvia, nadie la practica.
En diarios serios en Alemania, España, Suecia… nunca se publica una nota anunciando una “posible inversión” u obra pública. Es decir, el tiempo futuro no existe, es desiderata. Usted nunca leerá lo siguiente, por ejemplo: “Tendrá Coahuila nueva Constitución” (la cita es de un diario estatal del 3 de febrero de 2013). Nunca. Jamás lo va a leer en diarios serios. Una cosa es que se anuncie, otra cosa es que se cumpla. Y lo hemos visto, el proyecto no se ha cumplido. ¿No pudo Luis Efrén con el paquete, se amilanó ante las críticas del catedrático y presidente de la Sala Penal del TSJC, el erudito Óscar Nájera Davis? Sólo él lo sabe.
El año pasado vi una sola ocasión al ibérico Efrén. El antepasado, al parecer ni una o una sola vez. Yo seguía siendo su amigo. Efrén encontró claques y colaboradores que le adulaban y tributaban. Hoy está más solo que nunca. Así de ingrata es la política de vecindario. Una turba de millennials cebados en las redes sociales (hábitat natural del exacadémico Carlos Arredondo), destronaron a un director que invitaba a sabios extranjeros a hablar de gobernanza, cuando aquí y en la vida real, con sólo sobornar al ministro, al policía o al comandante, se cambian los papeles y en un minuto se pasa de culpable a inocente y sin pedir permiso a los tratados internacionales. ¿Y la labor del flamante coordinador de la Unidad Saltillo, Miguel Ángel Rodríguez, en tan penoso caso?
Letras minúsculas
Efrén quería ser Rector. Hoy está más solo que nunca… el lunes lea el final.