Silencio
COMPARTIR
TEMAS
El cineasta Martin Scorsese se consagró como uno de los grandes realizadores de ruptura de la década de los 70 gracias a clásicos como “Calles peligrosas” (1973) y “Taxi Driver” (1976).
Sin embargo, con su actor fetiche de aquellos años (Robert De Niro) pasó de la violencia de las pandillas y personajes alienados de su ciudad natal, a incursionar no menos exitosamente en musicales como “Nueva York, Nueva York”, de 1977, que le debe mucho a “La La Land”, de Damien Chazelle, o poderosas biopics como
“El Toro Salvaje”, de 1980, por la cual el mismo De Niro ganó más que merecidamente el segundo Oscar de su filmografía por su camaleónica interpretación del boxeador con tendencias autodestructivas Jake La Motta.
Por si fuera poco, a finales de la década de los 80 Scorsese tuvo la osadía según muchos por su afiliación religiosa al catolicismo de adaptar la controvertida novela del griego Nikos Kazantzakis “La Última Tentación de Cristo”, que a pesar del escándalo que ocasionó con los grandes públicos al momento de su estreno consolidó su prestigio como cineasta al acceder a otra nominación al Oscar como Mejor Director en 1988 tras haber ya sido nominado en 1976 y 1980 por la mencionada “El Toro Salvaje”.
Todo esto viene a colación con la recomendación en cartelera de esta semana porque a partir de mañana en las salas de cine de Saltillo llega como parte de su estreno nacional la épica “Silencio” (“Silence”), la cual basada en la novela del japonés Shusaku Endo que es el magistral cierre de una especie de trilogía iniciada precisamente con “La Última Tentación de Cristo” y seguida por “Kundun”, la biopic del Dalai Lama de 1997, en el sentido de que son filmes en los que el cineasta nos comparte su apreciación por el misticismo en diferentes culturas y religiones pero también la naturaleza humana violenta y descarnada que en ocasiones, a pesar de las mejores intenciones, puede llevar a los hombres a enfrentar situaciones límite de tortura y muerte.
“Silencio” es una de las obras fílmicas de mayor madurez y belleza del maestro Scorsese, ya que es una cinta contemplativa y reflexiva, que no por nada tiene entre sus puntos más altos la hermosa fotografía del mexicano Rodrigo Prieto nominada con mucha justicia al Oscar a la mejor del 2016. Por tanto, le invitamos a no desesperarse por no encontrar al Scorsese de “El Lobo de Wall Street” sino darse la oportunidad de descubrir a ese otro gran cineasta que a estas alturas ha declarado (y con justa razón) que el cine actual está muerto. Por fortuna el suyo aún no. Comentarios a: alfredogalindo@hotmail.com