Se los dije…
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¿Por qué los “memes”, las obras de teatro, las piñatas, máscaras y toda la basura, bisutería y parafernalia que diseñaron los mexicanos (campeones mundiales del ocio y la pérdida de tiempo en las redes sociales) no fueron vistos y atendidos por el hoy Presidente de la nación más poderosa, los Estados Unidos, Donald Trump? ¿Por qué dichos “memes” y animaciones no hicieron ganar a Hillary Clinton? ¿Por qué hicieron no perder al magnate Trump? El motivo es sencillo y se lo he dicho a usted estimado lector una y otra vez, Internet es basura. Se diseñó para manipularlo y las elecciones, como la de EU, se ganó de una sola forma: emitiendo un voto. A la antigüita: salir de la casa, trasladarse al centro receptor del voto y sí, votar.
Lo escribí desde el 2015 al menos en cuatro columnas, las tituladas “El factor Trump”, “Racismo”, “Racismo y muerte” y “El ombligo, la ignorancia, la nada.” Lo escribí varias ocasiones en artículos un tanto más largos para mí otra casa editorial aquí en la ciudad, “Espacio 4.” En estos textos lo deletreé una y otra vez: Donald Trump era un serio candidato a la Presidencia de los EU. Luego, conforme pasó el tiempo, lo seguí recordando y más en este 2016 y de plano lo dije: Donald Trump iba a ganar. Ganó. ¿Cómo lo supe? Sólo es sentido común señores. Muchas lecturas, reflexión, cuadrar un puzle e insisto, como no tengo interés alguno, pues no tomo partido ni me apasiono (mente fría; en lugar de pluma, metal) y no es lo que yo quiero que pase, sino lo que puede pasar. Y pasó, ganó Trump.
Un dato que para todo mundo —casi para todos— pasó desapercibido: Estados Unidos tiene una población de 319 millones de personas (Censo disponible de 2014), donde 55.4 millones son hispanos (argumento de Trump, éstos le quitan el trabajo a los norteamericanos). Pero de estos millones de personas hispanas que viven y trabajan allá, sólo alrededor de 14 millones de ciudadanos pudieron votar. Son los que están legalmente instalados, por lo cual la derrota de la candidata demócrata era una realidad. ¿Y el poder del voto hispano? Basura. Una mentira. Una triste charada. No es oráculo ni bola de cristal, ya lo ve, es simple análisis. Ganó un creso sin artes políticas, pero sí con un discurso beligerante, proteccionista, imperialista; incluso, con un fuerte tufo de intolerancia y elogio de la supremacía de la raza blanca y claro, usted lo recuerda, dijo que los mexicanos eran “violadores” y “traficantes de drogas”, como lo espetó en su discurso de apertura de motivo político en junio de 2015. Se lo dije también aquí, es su país, es su territorio y sí, pueden hacer lo que quieran. Incluyendo deportar a millones de mexicanos ilegales.
Esquina-bajan
Los siguientes son los datos de Pew Research Center y sus analistas, expertos que examinaron con tiempo el escenario de las elecciones norteamericanas. Los datos duros y rápidos son los siguientes: en California viven casi siete millones de hispanos con derecho a votar; en Texas, el segundo Estado con más población hispana, radican más de 4 millones con derecho a sufragio y en Florida, que por lo general e históricamente decide la elección, pudieron votar alrededor de 2.5 millones de hispanos que allí viven. ¿Ya lo notó? Los republicanos y Trump ganaron los Estados de Texas y Florida. Perdón ¿y el voto duro hispanoamericano? Un mito.
Según los datos de la organización, en Texas conviven mexicanos, españoles, salvadoreños, hondureños y nativos de Puerto Rico, los cuales son los grupos étnicos preponderantes. En California son mexicanos, guatemaltecos y salvadoreños. En Florida predominan cubanos, colombianos y mexicanos.
Y un dato sustancial que aporta la organización PRC, el crecimiento de la población hispana en EU se ha ralentizado. El flujo migratorio de México hacia los EU, ha disminuido a partir del año 2009. Aun así, la comunidad hispana ha contribuido un 54% al crecimiento de la población en Estados Unidos según informes del periodo 2000-2014. Pues no, ya no hay gringos, como bien lo afirma Trump, hay solo hispanos.
Se ha producido entonces una colonización sorda, una colonización “hormiga” sobre un inmenso territorio que en su momento, fue batalla y anhelo precisamente del abominable Adolf Hitler (el cual tiene muchos puntos en contacto y paralelismos con Donald Turmp. Los extremos se tocan) con sus planes de erección del Reich. En su libro, “Mi Lucha”, habla en el capítulo XIV de que “sólo un territorio suficientemente amplio, puede garantizar a un pueblo la libertad de su vida.” En fin, ya hay un ganador.