Redes sociales, ¿paraíso de impunidad?
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“Las redes sociales y, en general, la internet, constituye uno de los signos distintivos de la democracia de nuestros días debido a la posibilidad que otorga a cualquier persona de multiplicar su voz, así como de conocer información que, en otras épocas de la humanidad, pudo ser restringida de forma indebida por el poder público, o por particulares.
En este sentido, la revolución informática que caracteriza el mundo de la posmodernidad se antoja necesariamente como un mecanismo que ha venido a romper los diques mediante los cuales se contuvo largamente —prácticamente nunca con propósitos socialmente útiles— el libre flujo de información.
Sin embargo, la existencia de herramientas como las redes sociales, gracias a las cuales puede diseminarse cualquier mensaje de forma instantánea y convertirse en el tema de conversación principal de toda una comunidad, también tiene un “lado oscuro”. ¿Cuál es éste? El relacionado con la posibilidad de que los mismos instrumentos democratizadores sean empleados para fines perversos, como el hecho de diseminar noticias falsas —o carentes de sustento— que implican dañar la reputación de las personas. Todos podemos ser víctimas de un atentado contra nuestra privacidad y contra nuestro honor debido a que la inexistencia de restricciones en internet pone en manos de cualquier la posibilidad de difundir información que, sin ser previamente corroborada, puede darse por cierta y destruir trayectorias personales o lastimar la credibilidad de individuos concretos.
El comentario viene al caso a propósito del reporte que publicamos en esta edición, relativo a la evolución que en las últimas horas ha registrado el caso de un fotógrafo y agente de modelos de Saltillo, a quien se involucró en un presunto caso de perversión de menores a partir de la difusión de un “reportaje periodístico” en redes sociales.
De acuerdo con la información oficial difundida ayer, los padres de la presunta menor de edad que “denunciaron” los hechos habrían pactado la realización de un encuentro con el presunto responsable de los actos “revelados”, pero no se presentaron a la cita.
Por su parte, autoridades de la Procuraduría de Justicia han dicho que no existe ninguna denuncia penal presentada ante el Ministerio Público por tales hechos, aún cuando la dependencia ha abierto una investigación de oficio debido al presunto involucramiento de una menor de edad en el caso.
¿Cuál es la verdad en este caso que se convirtió, en las últimas 48 horas, en la “comidilla” de la sociedad saltillense?
Las autoridades responsables de procurar justicia nos dirán en su momento el resultado de la investigación, pero por lo pronto vale la pena que todos analicemos con detenimiento la forma en la cual las redes sociales han servido para, al menos hasta ahora, “linchar” a un individuo que, independientemente del resultado de la investigación, tiene el derecho a que se presuma su inocencia y no al revés.
Si no ponemos atención a la dinámica de este caso, todos corremos el riesgo de ser la próxima víctima de la irresponsabilidad en el uso de las redes sociales.