Recuento de la infamia
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Gato y ratón. Héroes contra canallas. Plumas contra fusiles. Burocracia contra libertad y pluma afilada. Así y no de otra manera se entiende el periodismo de alto riesgo que se practica en México. No estamos en guerra, pero hay más muertes de periodistas y reporteros en el País, que en países en conflagración, Estados entrampados en conflicto bélico. Lo debemos de publicar, lo debo de editar aquí, para que no se olvide. Para que todos tomemos conciencia. Es como el tema de los suicidios en Coahuila. Condenar este tipo de noticias e información a la página interior de un diario, no va a evitar que un atiriciado, un melancólico se suicide (van diez al 30 de enero. Cada 3 días, un suicida). Debemos de publicarlo y analizarlo, hasta que las miopes autoridades trabajen y tomen cartas en el asunto. Para eso se les paga.
Plumas contra fusiles. En este año que recién ha terminado, fueron asesina dos en México 12 reporteros, 12 periodistas. Datos de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), a la cual pertenece VANGUARDIA. Para la asociación Reporteros sin Fronteras, son 10 periodistas ultimados en el año 2016 aquí en México. En esta columna y en su momento, le presenté el tema y los datos de al menos tres compañeros que cayeron abatidos por la violencia y sevicia que a todos toca y hiere. Nadie está a salvo. Apenas el sábado 10 de diciembre de 2016 fue ultimado el reportero radiofónico Jesús Adrián Rodríguez, en Chihuahua. Fue asesinado al salir de su vivienda. El compañero vivía con su novia y dos hijas. Antes había colaborado en un diario que circula ampliamente allí, “El Heraldo de Chihuahua.” Hoy está muerto.
Reporteros sin Fronteras ha alertado una y otra vez de que México es el “país más peligros del mundo para el ejercicio periodístico”, así de sencillo y claro.
Contra lo anterior no hay defensa. Decía con sorna e ironía Karl Kraus, que el periodista sólo necesita para escribir “una cabeza, recado de escribir y un diccionario…” luego, agregaría en su aforismo lapidario, “el que necesite más, no necesita la cabeza”. Y agrego yo de mi torpe cosecha, también se necesita ese producto de la canasta básica del mexicano, ese producto del mercado que cada vez está más ausente de la mesa del mexicano promedio, se necesitan huevos. Valentía, arrojo, audacia, seriedad, trabajo y el nombre por delante. Es decir, la firma del periodista. Es decir, huevos.
Por eso las redes sociales y los llamados “bloggers” nunca podrán competir contra los hombres de letras serios, de acero y roca, los cuales firman sus notas en un medio de comunicación expuesto al escrutinio público. Y en este pálido recuento de la vocación del periodista, del periodismo, no podemos dejar de lado dos agravios: a VANGUARDIA y a nuestro Director, Armando Castilla Galindo y recientemente, a don Armando Fuentes Aguirre.
Esquina-bajan
Al atentar y agraviar a VANGUARDIA y a nuestro Director, atentaron y nos agraviaron a todos. A toda la sociedad. Al asesinar al compañero de Chihuahua, todos hemos muerto ya un poco. Y cómo no recordar al joven reportero local, don Valentín Valdés Espinosa, quien al morir, nos dejó con un aguijón clavado en el alma. Tan enjuto de carnes como yo, el buen Valentín terminó como personaje de un libro extraordinario y de colección que da cuenta de la desdicha de tanta y tanta muerte infausta de periodistas y escritores asesinados por criminales a sueldo, “Alabardas” de José Saramago, con prólogo de Roberto Saviano.
Si la prensa calla —la prensa seria y responsable, no claques del poder y menos aquellos redactores de “memes”, escudados en cuentas cibernéticas que tapan su cobardía—, estaremos a un paso del autoritarismo. Y vaya que usted lector lo conoce y lo padece aquí en Coahuila. Usted tendrá su mejor opinión de dónde abrevar información seria y confiable, pero los portales, las planas y los diarios realmente eficaces y capaces, se cuentan con los dedos de la mano. Por ello, este tipo de periodismo y sus periodistas, siempre estarán bajo fuego. Y por esto y no otra cosa, nunca pegó la “precandidatura” de un panista que “creó” de la nada una publicación para promoverse a sí mismo en sus aspiraciones a la gubernatura.
Dice un viejo proverbio árabe, “Ten cuidado con el enemigo que escojas. Porque, invariablemente terminarás pareciéndote a él.” El precandidato era Chilote López Villarreal y su publicación, salida de la nada, era “Revista Libertad”. Imitó a los priístas. ¿Cambio? ¿Visos de cambio? Sí, en Paquistán, en Grecia, en España, pero no aquí, no aquí. México es el peor país del mundo para practicar el periodismo. Y cómo no lo va a ser en este país bárbaro y de sevicia, donde al publicar y deletrear lo obvio, todo funcionario se siente agraviado. Se sienten heridos por que uno no se va con distractores de poca monta como Uber, frases de ternura o fiestas insulsas de quinceañeras de pueblo, como la infanta Rubí. Eso quieren. Nunca voy a caer en el garlito.
Letras minúsculas
Gato y ratón. Héroes contra canallas. Plumas contra fusiles. A mantenernos de pie, señor lector.