Otoño de sorpresas
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Apenas es la primera quincena y ya octubre ha destacado.
Atrapado en el viento nos topamos con ese premio Nobel de Literatura. No fue la Academia a ojear y a hojear ejemplares voluminosos de narraciones farragosas ni se echó el clavado a las aguas ondulantes de poemas enigmáticos.
Oyeron los académicos el ritmo de piedras rodantes con melodías de gira y mece. Eran sólo las hojas del tamal. Descubrieron dentro las letras de Dylan. Sí. ¡Había letras, había literatura debajo de las notas y eran poesía, eran premiables… y las premiaron!
Un escritor de letras que no se leen sino se cantan. Poesía que no es para lectura sino para canción. Literatura no para libros sino para discos. Párrafos que se escuchan y se aplauden. No se edita un libro sino un álbum. El libro se lee en solitario y la canción literaria en concierto de gran multitud. Si Bob va a recibir el premio, en lugar de un discurso, seguramente estrenará otra canción inolvidable… como aquélla hecha de preguntas cuyas respuesta estaban soplando en el viento.
Topamos con la noticia de que Joselito entró en la lista de los nuevos santos y ahora, del tiempo de la Cristiada, tenemos ya en la gloria a San Joselito de México como mártir ejemplar –casi quinceañero– que dio, en plena adolescencia, la vida por su fe.
La súper luna de octubre se presentó más grande y más brillante. Sentada, en Monterrey, en el cerro de La Silla, importada de los limpios cielos de Saltillo. Tendrán que pasar 20 años para que se presente otra con el mismo esplendor.
Que ya no hay duopolio televisivo. Que ya hay tercero en concordia (?). Estrena TV Imagen sus transmisiones. Tendrá que irse liberando de “más de lo mismo”, como capullo desechable, para que pueda hacer un vuelo impredecible de mariposa.
Haití es una llaga de hambre y carencias después del resoplido huracanado de ese ciclón Mateo, denunciador de asentamientos inhumanos, en esa media isla del Caribe.
Y parece que muy pronto habrá otra vez debate allá del otro lado. Veremos cómo se cruzan las trompadas con los intentos de tejer hilos de telaraña, de esa hilandera que no se deja. Hay riesgo de abstencionismo entre los futuros votantes por no poder escoger entre lo pésimo y lo peor.
Queda la segunda quincena de este octubre polifacético, salpicado de sorpresas en todos los ámbitos y niveles. Esperemos que el nuevo canal televisor pueda descontagiarse de escándalo y amarillismo y presente la buena noticia que fortalece la esperanza y que no se atasca en fangos de queja y lamentación…