Ortega se prepara para ganar las elecciones en Nicaragua
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Ortega llega estos días al final de una casi invisible campaña electoral, sin haber participado en un solo acto proselitista ni invertido millones en propaganda.
A punto de cumplir 71 años y con su esposa lista para asumir el relevo, en caso de no poder él seguir liderando el país, el presidente Daniel Ortega se prepara para ganar los comicios generales del próximo domingo en Nicaragua e iniciar un cuarto mandato de Gobierno en enero de 2017.
Ortega llega estos días al final de una casi invisible campaña electoral, sin haber participado en un solo acto proselitista ni invertido millones en propaganda, como en otras ocasiones, tras la exclusión de la principal fuerza opositora de la justa política.
La Coalición Nacional por la Democracia (CND, derecha) fue retirada de la contienda electoral en junio pasado y sus 28 diputados destituidos por orden del Consejo Supremo Electoral (CSE), al que la oposición acusa de haber dirigido “un circo” electorero que no augura demasiadas sorpresas.
“Aquí no habrán elecciones sino votaciones, porque no hay opciones políticas reales dónde elegir”, escribió el poeta Luis Rocha al comentar el previsible triunfo de Ortega en las urnas, que según las encuestas divulgadas por el Gobierno logrará con casi el 70 por ciento.
Los rivales del presidente son candidatos de cinco partidos de escaso apoyo popular, de los cuales el más conocido es el Partido Liberal del ex mandatario Arnoldo Alemán, procesado y condenado por corrupción a inicios de la década pasada, y cuyo candidato apenas supera el 6 por ciento de la intención del voto.
El martes pasado, una nueva encuesta de la firma local M&R otorgó a Daniel Ortega y a su cónyuge Rosario Murillo, candidata a la vicepresidencia por el gobernante Frente Sandinista, el 69.8 por ciento de las preferencias electorales, mientras los cinco candidatos rivales apenas reúnen juntos el 9.7 por ciento.
En las calles, la oposición ha organizado numerosas protestas demandando nuevas elecciones y llamando al pueblo a no votar. Las más recientes fueron protagonizadas por miles de campesinos en antiguas zonas de guerra donde los "contras" intentaron derrocar al primer gobierno de Ortega en la década de 1980.
A instancias de la oposición nicaragüense, el secretario general de la OEA, Luis Almagro, se interesó en estos comicios pero, lejos de cuestionarlos públicamente, dispuso el envío de una misión a Managua los días 5, 6 y 7 de noviembre, anuncio que el Gobierno proyectó en sus medios de prensa como un claro aval a la elección.
El CSE informó que unos 3,8 millones de adultos mayores de 16 años están habilitados este año para votar y elegir un presidente, un vicepresidente, 90 diputados al Congreso unicameral y 20 al Parlamento Centroamericano (Parlacen).
Si bien la prensa internacional ha seguido de cerca la situación en Nicaragua, especialmente después de la postulación de Murillo a la vicepresidencia, el interés no ha sido tan relevante como en anteriores elecciones.
A sólo tres días de los comicios, la oficina de prensa del CSE no ha elaborado aún los carnets solicitados por corresponsales y enviados de diarios y agencias extranjeras, y el desánimo es evidente al otro lado del teléfono.
"¿Y para qué quieren cubrir esto si todo el mundo sabe que Daniel Ortega va a ganar?", comentó con sorna un publicista que labora en uno de los varios canales de televisión comprados por la poderosa familia presidencial en los últimos años.
Y en las redes sociales abundan los chistes. En uno de los "memes" más reproducidos en las últimas horas, el magistrado Roberto Rivas, el enorme presidente del CSE, proclama sonriente: "Los resultados de las elecciones ya están listos... ¡lo que nos está atrasando son las elecciones!".