¿Ocultismo en Cervantes? 1/2
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TEMAS
La flaca, Ana Lilia Pérez L., mi musa de Apodaca, Nuevo León, tiene gustos –digamos– sui generis en sus lecturas y foco de atención. No he podido hacer en toda la vida que lea algo “normal”. Es decir, lee por aquí y por allá fragmentos de novelas, cuentos, poemas sueltos, pero no le interesan realmente. Los disfruta poco. Cuando los comentamos, lo hace como quien cumple con una insignificante tarea escolar. Hay lecturas que le gustan más unas que otras, pero hasta allí. Hay temas, lecturas, libros y episodios que son lo suyo; le apasionan a tal grado, que me exige, ojo, me exige que lea yo también dichos libros, temas y sucesos, para así comentarlos y crecer juntos. De hecho, pelear juntos. Vaya, qué le vamos hacer.
Lo que tiene de flaca, guapa, sexy y risueña lo tiene de belicosa, aferrada y necia. Así son las ladies, así son las musas. Y no, no quiero que cambie jamás. Así me encanta la muy ingrata y así la recibí. Creo tener entonces la culpa de seguir alimentado su carácter explosivo, pero adorable. ¿Qué lee esta niña de piernas afiladas y tacones verticales que ya le hartaron, dice, por lo que le “urgen” botas que lleguen arriba de la rodilla? A saber las lecturas de la flaca: ocultismo; la vida, obra, maniobras políticas y militares de Adolf Hitler; sociedades secretas, alquimia, adivinación, parasicología, magia… es decir, lector, aquellos temas y voces que desde la aparición del hombre sobre la tierra, son tramas tabúes: el temor a la desconocido, aquello que no se ha podido explicar o dominar. Lo oculto.
Hace poco le dije a la flaca que por el aniversario de Miguel de Cervantes Saavedra y en su honor debería leer “Don Quijote de la Mancha”. A lo cual en un segundo reviró: “Mira, Jesús, yo no tengo tiempo, pero regálame la versión en CD y cuando vaya de la casa al trabajo y en mis traslados, lo voy a escuchar en el auto. Es lo mismo. Leerlo ni lo sueñes”. Los mariachis callaron. Pues sí, le compré un buen audio libro con la versión íntegra del texto inmortal. Un día cualquiera y mientras almorzábamos en el merendero de siempre, me lo soltó así, a boca de jarro, sin advertir, sólo lo hizo: “Por cierto, Jesús, ¿ya sabías que tu Cervantes y tu ‘Quijote’ tienen mucho de enseñanzas ocultas; ya sabías, lo imagino, tú que presumes de tus lecturas, de todas las referencias árabes y ocultas que hace de la cultura sefardita y claro que ya sabías la presencia de las sociedades secretas en los libros de tu Cervantes? ¿O no lo sabías?” Lo dijo así con su tono burlón, mientras reía a carcajada abierta. Me quedé hecho un pendejo. Lo siguiente es lo que he agarrado al vuelo y lo que he hurgado, picado por la flaca.
Esquina-bajan
Tome usted lo que considere de su interés y deseche lo innecesario a su juicio de lecturas y conocimiento. Comenzamos. Ana Lilia Pérez L. me dijo de una película no tan reciente, “Unbreakable” (del año 2000), con Samuel L. Jackson y Bruce Willis en los papeles protagónicos. El argumento es sencillo: el tipo negro, Jackson, desde niño, tiene una extraña enfermedad que al menor contacto o golpe se le quiebran los huesos en astillas y fragmentos. Es de cristal, literalmente. En el otro extremo está un vigilante común y corriente (Willis), quien jamás, jamás se ha enfermado y nunca le pasa nada. Los dos, en las antípodas de su existencia. En la cinta, todo esto se presenta amparado en cómics que pinta, dibuja, deletrea Jackson, el de cristal. ¿De qué libro estamos hablando?
De ¡“El licenciado vidriera”!, de Miguel de Cervantes. Pues sí, si usted lee este viejo texto, el germen está aquí. En una adaptación postmoderna, libre, con dibujos, cómics y todo, pero básicamente aquí está una semilla que se puede desdoblar en lo que usted quiera. ¿Me sorprendió esta comparación que hizo la flaca? Sí y no. Estos temas serán siempre eternos en el cine, en la literatura, en el teatro. Es decir, el tema de la enfermedad del héroe, sus avatares y su sublimación (Ulises), la otredad (“Kagemusha”, de Akira Kurosawa), el regreso al hogar luego de combates épicos (Ulises, Don Quijote, Bewolf…). Pero, caray, esto de la fragmentación y romperse en pedazos, como fino cristal, me había pasado desapercibido.
Apenas vamos entrando en materia. La flaca, dueña de la situación y de la palabra, me soltó en esa mañana varios “toritos” buenos. Los cuales, pues sí, tuve que corroborarlos para usted y poder editarlos en este espacio. Por lo demás, este tipo de temas me apasionan como cualquier otro. Pero como por lo general uno está inmerso, embebido en la literatura “seria” pasa de lado lo siguiente: ¿Hay sociedades secretas y herméticas en los libros de Cervantes? Sí. ¿Hay referencias en el “Quijote” a creencias mágicas e inescrutables que circulaban en ese entonces en España? Sí.
Letras minúsculas
La flaca, sin duda, abordó, leyó la obra de Cervantes desde “otra” perspectiva, tan misteriosa como atávica… continuará el jueves.