Mirador 06/08/17
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Susana era una bella mujer. Era tan bella como su nombre, que viene del hebreo y significa lirio.
Una tarde se estaba bañando en la fuente del bosque. Las aguas se aquietaban para acariciarla, y el viento frío que bajaba del monte se hacía cálido después de rozar su piel.
Ocultos atrás de los arbustos, unos ancianos la miraban. La tradición dice que eran dos. En verdad eran tres. El tercero estaba más atrás, y ni Susana ni los otros dos ancianos lo veían.
Estos dos viejos pretendieron gozar lo que el agua y el viento habían gozado, pero Susana los rechazó, pues era casta. Entonces la acusaron falsamente de adulterio, y la hermosa mujer fue condenada a muerte.
Yahvé, sin embargo, la salvó. Dijo:
–Es demasiado hermosa para morir.
Yahvé era el tercer anciano que la había visto bañándose en la fuente. Eso no lo dice la tradición.
¡Hasta mañana!...