Manolo y Jorge visitan al maestro Popochas
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Sentados frente al maestro y vidente Popochas, están Manolo y Jorge, alcaldes electos de Saltillo y Torreón, respectivamente.
Popochas: ¡Es un milagro inesperado verlos juntos! ¿Qué les trae a mi morada?
Jorge: Me da pena decirle, pero un artículo editorial escrito por un priísta redomado, sobre las dificultades que enfrentará mi gestión, me puso nervioso.
Popochas: ¿Cómo se llama la columna?
Manolo: “Manolo y Jorge: ¡aguas!”. Fue publicada en este espacio el viernes pasado, y no por un priísta, sino por un panista descarado.
Jorge (Se pone colorado).
Popochas: Presumo, joven Manolo, que ese artículo habla también de sus retos a enfrentar en Saltillo.
Manolo: Así es.
Jorge: Es casi imposible tener un impacto con una alcaldía de 365 días. Yo sólo sería alcalde del 1 al 5 de enero, cuando pida licencia para buscar mi reelección. Un interino me substituirá hasta mi regreso en agosto, como alcalde reelecto o perdedor.
Manolo: Yo no buscaré la reelección, pero el interino de Jorge y yo encaramos 4 elecciones federales y una estatal de febrero al 1 de julio; una deuda considerable de alcaldes salientes y la reducción de nuestro poder al llegar el nuevo presidente municipal en julio de 2018.
Jorge: El editorialista señala que esos desafíos provocarán un vacío de poder en nuestros municipios que favorecería el regreso generalizado del crimen organizado como ocurrió hasta 2013.
Manolo: ¿Qué hacemos, maestro? Díganos, por favor.
Popochas: El escribidor tiene razón, por ello deben ser pragmáticos y modestos. Afiancen su relación con el Gobernador Constitucional. Armen un sólido plan de trabajo con metas viables a lograr en 1 año. Dejen, por el momento, toda auditoría al mandato de Riquelme o Isidro. Enfaticen el trabajo de seguridad pública con la metodología, relativamente exitosa, utilizada por el Gobierno Estatal. Mejoren los servicios públicos y la imagen urbana. Y recen porque les vaya bien, en particular a usted, don Jorge, que tuvo la ocurrencia de “chapulinear” cuando Torreón lo necesitaba más que nunca.