La importancia de los medios en la democracia
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De 2012 a la fecha han asesinado a 36 periodistas de distintas fuentes en territorio nacional. Que por asuntos de intereses, cualquiera que éstos sean, muera una persona es inentendible. Que mueran quienes representan el equilibrio entre la ciudadanía y el Estado buscando la verdad de las cosas, es inaceptable. Habrá que seguir cuestionando a quienes representan al garante de la seguridad en el país.
Los medios son importantes por muchas razones, pero de manera particular porque ofrecen elementos de información para que la ciudadanía esté al tanto de lo que dicen y hacen quienes buscan un escaño público; y en ese sentido, tomen una postura con respecto a la elección de candidatos, a las políticas públicas o a los temas de interés general de la población.
El sentido de su existencia es el de ser servidores de la verdad. Ese es su objeto formal. De ahí a que sea un tema eminentemente aspiracional es otra cosa. Porque seguramente me pondrá Usted cualquier cantidad de ejemplos de televisoras y diarios que sirven al mejor postor.
Los medios informan, forman, sensibilizan y movilizan. En la antigua Grecia, se requería la plaza pública para que los ciudadanos arreglaran sus disputas o se enteraran de lo que ocurría de diario. Hoy los medios se han convertido en esa moderna agóra. Por eso deben recoger los problemas de la sociedad y aunar esfuerzos con el estado y la sociedad para edificar una sociedad más justa y equitativa.
Desde el triunfo de la Revolución de 1910, hasta el año 2000 con honrosas excepciones, los medios estaban condicionados y alineados al poder. Se obtenían más ingresos por lo que no se decía, que por lo que se ventilaba de forma pública, en el entendido de que información es poder. A la fecha, puede ver Usted medios que siguen levantando suspicacias por sus contenidos y por su cercanía con los poderes en turno, periodismo domesticado.
En últimos tiempos la tecnología se ha convertido en una puerta que ha transformado las formas de comunicación. El ejemplo Carmen Aristegui que fue despedida de dos casas de comunicación, Televisa y MVS, no ha sido objeto para que la periodista este fuera de la escena de la comunicación. Es decir, como en otras áreas o dimensiones de la vida, lo oficial-tradicional ha dejado de serlo, porque el internet da para eso y para más. Así que la censura que fue la marca del sistema político mexicano durante siete décadas, aunque hoy tiene nuevas rostros; como la violencia o la desaparición, pero el periodismo, sigue más vivo que nunca porque la nube o el ciberespacio ofrecen esas oportunidades, particularmente a las voces que no han tenido cabida en los medios oficiales.
Un problema real, han sido las ligas de los dueños de los medios con el estado. Muchos no han podido mantener autonomía y esto ha sido parte del trayecto histórico desde don Porfirio hasta la fecha. Se tiene claro hasta donde se llega y hasta donde no. El caso Trump en Estados Unidos es ilustrativo en este sentido, porque medios influyentes como el New York Times y el Washington Post, entre otros, han sido factor para que el imprudente presidente no se vaya por la libre.
Otro elemento importante en la relación medios-democracia han sido las compensaciones del Estado a periodistas, marcando un abismo entre quienes son insobornables y los que se prestan al juego del poder, de esto no podemos hablar en tiempo pasado, el “chayote” y los “cochupos” siguen de moda en detrimento de una comunicación de calidad. Televisoras o casas editoras que al amparo de los gobiernos en turno se han vuelto poderosas.
Recuerda usted aquello de “soy un soldado de la Revolución”, eso se repitió una y otra vez en muchos estados de la República. Los gastos de publicidad y medios volvieron a las casas comunicadoras y a los comunicadores mismos en personajes e instituciones que literalmente instalaron gobiernos. Nada más por publicidad, en el sexenio de Vicente Fox se gastaron más de 3 mil 736 millones de pesos; en 2007, el del presidente Felipe Calderón, erogó más 5 mil 624 millones; para 2015 Enrique Peña Nieto había gastado de nuestros impuestos más de 19 mil millones de pesos ¿Cómo la ve?
Evidentemente con todas esas canonjías hay un cierto compromiso de una buena parte de los comunicadores que han preferido no tener en cuenta el tema de la libertad de expresión, porque esta libertad se ha cancelado en virtud de los convenios establecidos.
Para quienes no quieren ser parte del periodismo domesticado y se quieren salir del esquema estipulado por quienes detentan el poder, sobreviene la presión, la prisión y hasta la muerte. No puede ser que los medios y los mediadores que buscan con sinceridad el apego a la verdad y conectar a nuestro país con el tema de la justicia estén siendo intimidados y callados.
Lamentablemente en una sociedad sui generis que se ha construido a partir del 2012 y la descomposición social que todos hemos entretejido no se ve para cuando por más reuniones y acuerdos que hagan el Presidente de la República y los gobernadores, pare toda esta ola de asesinatos contra periodistas. Los informadores tienen que seguir informando y los mensajeros hacer que llegue el mensaje.
Los medios son importantes porque la comunicación es básica entre la sociedad y el gobierno, es decir son mediadores. Es un ente necesario para que se dé la democracia. Si la democracia es el arte de la deliberación pública, los medios la hacen posible. La libertad de expresión es un derecho facultado por la Constitución en el Artículo 6 y en la Declaración Universal de los Derechos Humanos en el Artículo 19, que afirma que todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y de recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.
Pues bien, este derecho como lo hemos visto hasta el momento, no ha sido protegido por el estado mexicano. Sin embargo, creo como lo hemos visto en las manifestaciones posteriores a la muerte de Javier Valdez, muchos periodistas siguen teniendo en su horizonte existencial la búsqueda de la verdad, porque saben que esa virtud, nos hará libres.