La deshidratación afecta al deseo sexual
Uno de los beneficios del agua es que ayuda al desempeño sexual, no la pases por alto
El sexo es parte de la vida de la pareja, pero existen factores que pueden influir de manera negativa al deseo sexual y al placer en la intimidad, uno de ellos es la deshidratación.
De acuerdo al especialista Colin Wilson del Centro Water Wellpoint, beber agua no solo beneficia a la salud en general, sino también la libido de las personas y la forma en que éstas perciben las sensaciones eróticas.
¿Beber agua no es lo tuyo?
Una investigación realizada por el Observatorio de Hidratación y Salud de España (OHS), revela que si no consumes suficiente agua o no repones adecuadamente la que ha perdido tu cuerpo, se afectan diferentes grados de rendimiento intelectual y neuronal.
Sin embargo, ¿cómo altera tu deseo sexual? Con información de la comunicóloga y experta en sexualidad Elsy Reye te ofrecemos 4 formas en las que la deshidratación altera tu intimidad.
1. Deseo. La correcta secreción de hormonas como la testosterona que te provee de deseo y enciende tu libido, se sostienen en una función que depende, entre varios factores, de suficiente oxígeno y agua.
2. Tacto. Tu capacidad para percibir estímulos a través de cualquiera de tus sentidos es gobernada por el cerebro, tus neuronas, mismas que necesitan del agua.
3. Primer contacto. Una boca seca es igual a mal aliento y besos poco acuosos. El beso es vital en la conexión con el erotismo y con la respuesta en la vulva. Si la boca está seca, la vagina también lo estará.
4. Lubricación. Las glándulas de Bartolino, situadas a cada lado del vestíbulo vaginal, se encargan de humedecer los labios menores y vagina para la penetración; así como para poder masajear la zona sin rozadura.
Es importante mantenerse hidratado, aún más para un buen desempeño sexual, pero también puede ser necesario después de una sesión intensa de sexo.
El cuerpo está configurado en un 60% por agua y basta con que pierda un 1,5% de esta para que el estado de ánimo, la energía y la función del pensamiento se vean afectadas.
Todos los médicos recomiendan tomar alrededor de dos litros de agua al día, que equivalen a 8 vasos aproximadamente, por lo que la clave es mantenernos hidratados y crear el hábito de consumir agua todos los días.