Jugadores extranjeros sufrieron en carne propia el sismo
Muchos no estaban preparados y a otros les tocó en el entrenamiento
Para unos fue caótico, para otros eterno y algunos lo decribieron como una tragedia: los futbolistas extranjeros vivieron en carne propia el terremoto de 7,1 de magnitud que este martes azotó la Ciudad de México y dejó al menos 240 muertos.
"Estábamos concentrados para un partido de Copa, en el décimo piso de un hotel, y la verdad que fue un momento muy desesperante, muy angustiante", describió Silvio Romero, delantero argentino de América, a "Fox Sports".
"Tomábamos mate y como hace unas semanas sucedió otro sismo, cuando volvimos nos dieron algunas pautas por cualquier cosa que pasara, por eso la mayoría fuimos a un lugar seguro dentro de lo que cabe en el hotel, pero las paredes se rajaban y el plantel estaba angustiado", agregó.
"No hubo heridos entre nosotros, fue apenas el susto, cuando pasó (el terremoto) nos quedamos en la calle dos horas del miedo, es una sensación muy fea, yo vivo cerca del (estadio) Azteca, y se sintió muy fuerte a comparación del anterior", concluyó.
Por su parte, el entrenador de Pumas, Sergio Egea, explicó a la "Cadena Ser" su propia experiencia. "Nosotros terminábamos de entrenar y fue muy fuerte, estamos preocupados, nos asustamos muchísimo", contó.
"Nosotros en las canchas de entrenamiento tenemos paredes de piedra volcánica, pero salimos de las instalaciones rumbo al centro del campo, vimos gente sufrir ataques de nervios, sicosis, todo muy mal, estamos alerta por cualquier réplica", añadió.
El defensor chileno del Toluca, Osvaldo González, le narró al periódico "El Mercurio" que llegando al entrenamiento, a unos 60 kilómetros de la capital mexicana, "todo empezó a moverse". "Fue un remezón fuertísimo, corto, pero brusco, y se hizo eterno", relató.
"(Los chilenos) estamos más habituados a los temblores, pero la sensación que sentimos con el movimiento fue tan fuerte que inmediatamente pensamos que era un terremoto", manifestó. "Pude comunicarme con Felipe (Mora, delantero de Cruz Azul), que se encuentra bien con sus compañeros", precisó.
Los paraguayos Christian Paredes y Pablo Aguilar, que juegan en el América, estaban juntos cuando sucedió el sismo. "Parecía que todo se iba a caer, tuvimos que correr al centro de la cancha (de entrenamiento) para ponernos a salvo", declaró el jugador a la radio "Monumental" de su país.
"Salí corriendo del vestuario al campo", aunque no estaba completamente vestido, aseveró por su parte Aguilar. "Gracias a dios estamos bien, por suerte", completó Paredes.
La cadena "RCN" de Colombia pudo contactar con el defensor de Puebla Bryan Angulo, que también entrenaba cuando ocurrió el terremoto, pero tuvo que pasar la noche en un hotel porque su hogar, ubicada en un piso 15, quedó seriamente afectada.
"Estamos ahora mismo en un hotel, pero todo fue bastante complicado porque vivimos en un piso 15" donde se encontraba su familia "y se sintió bastante fuerte". "No podemos ingresar más salvo por un momento que tuvimos para recoger algunas pertenencias, tendremos que buscar otra casa", añadió.
"Vimos cómo se desencajaban los marcos de las puertas, fue el día que más miedo he sentido", le contó a sus íntimos el español Paco Jémez, técnico de Cruz Azul, según el Diario "Marca". "Fueron apenas entre diez y 15 segundos, pero se hicieron eternos" agregó.
El ibérico Édgar Mendez, mediocampista cruzazulino, también confirmó que se encontraba bien, aunque no dio más detalles. "Como son muchos los que me preguntan desde mi isla (Tenerife, donde nació), afortunadamente todo está bien. Gracias por preocuparse", expresó el jugador, que además mandó un mensaje de solidaridad. "Todos juntos. Fuerza México", escribió.