Iñaki necesita aceite de mariguana para vivir
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El tratamiento cuesta de 8 mil 500 pesos mensuales; si fuera legal la venta de aceite de cannabidol ahorrarían 7 mil pesos al mes en fármacos
MÉXICO, D.F.- Iñaki es un superhéroe. No vuela ni corre a la velocidad de la luz, sus ojos no sacan rayos láser ni puede escuchar a kilómetros de distancia. Mucho menos puede levantar un tren. En realidad, Iñaki, a sus dos años, no puede hablar ni caminar. Tanto su visión como su audición son limitadas y su cuerpo es tan débil que no puede sostener su cabeza.
Cuando cumplió un año sus papás le organizaron una fiesta donde los niños podían ir vestidos de superhéroes; cualquiera menos Superman: ese era el de su hijo.
“Él es como Superman porque desde pequeño ha demostrado que es un guerrero. Cada vez que me han dicho que espere lo peor, no sé cómo, pero él busca fuerzas y sale adelante”, dice José, su padre.
Como todo superhéroe, Iñaki tiene una debilidad: su kriptonita se llama Síndrome de West, y cada vez que lo ataca amenaza con robarle toda su fuerza. El síndrome que padece es uno de los diferentes tipos de epilepsia refractaria, es decir, una mutación de la epilepsia común que es resistente a los medicamentos y de muy difícil tratamiento, de ahí la urgencia por parte de familiares de niños y jóvenes con esta enfermedad de que se permita el uso del aceite de cannabidiol como alternativa.
Aceite: más barato y menos agresivo
Los gastos de un tratamiento de epilepsia refractaria con los actuales fármacos en el mercado tienen un costo promedio de 8 mil 500 pesos mensuales, contra los mil 500 que representaría el gasto con el aceite de cannabidiol. Esto significa un ahorro de 7 mil pesos al mes.
Aparte del ahorro, sería más valioso aun el beneficio a la salud para sus hijos, pues en algunos casos de EU, donde este aceite es legal, se ha detectado una reducción de 90% en las convulsiones y nulos efectos secundarios.
Entre algunos de los anticonvulsivos más recetados para epilepsia en México se encuentran el valproato de magnesio, la vigabatrina, el topiramato y el fenobarbital, por mencionar algunos de los más costosos, que van de 300 a 800 pesos. Los pacientes pueden tomar varios anticonvulsivos a la vez, lo que eleva el gasto y, además, representa una ingesta de entre 10 y 20 pastillas al día para los niños.
Todos estos medicamentos tienen efectos secundarios, principalmente daños hepáticos, náuseas, problemas respiratorios, aletargamiento, retraso motor y mareos. Padres de niños con epilepsia afirman que con estas medicinas sus hijos parecen “drogados y ausentes”.
Iñaki, por ejemplo, utiliza principalmente la vigabatrina y el valproato, cada uno con un costo mayor a 700 pesos. “Si no fuera por la ayuda de la familia no sé qué haríamos. El aceite es más económico y no tiene los efectos secundarios que dañan a mi bebé. Cuando se las doy se queda como perdido y le hacen mucho daño, esas medicinas sí son una droga y son legales”, dice Eglaem Delgado, madre de Iñaki.
Muchos la necesitan
Son muchos los padres que desean la aprobación para reformar las leyes que prohíben la importación y el consumo de un aceite conocido como Charlotte’s Web (en español, La Red de Charlotte), que ha resultado de los más efectivos para tratar la epilepsia en Estados Unidos.
El aceite fue bautizado así en honor de Charlotte Figi, una niña con Síndrome LG que estuvo cerca de la muerte y hoy se encuentra en mucho mejor condición después de probar con este tratamiento. El aceite llegó a ella cuando todas sus opciones se habían agotado.
La mariguana posee más de 400 sustancias activas, entre ellas unas muy especiales llamadas cannabinoides. Se estima que una cepa de mariGuana tiene aproximadamente unos 60 tipos diferentes de cannabinoides y sólo tres de ellos han sido estudiados por la ciencia: el tetrahidrocannabinol (THC), el cannabidiol (CBD) y el cannabinol (CBN). El aceite, creado por los hermanos Stanley en Colorado, es alto en CBD y muy bajo en THC.
Se sabe que el THC es la sustancia sicoactiva responsable del efecto alucinógeno de la marihuana y que tanto el CBD como el CBN han demostrado provocar mejoras cuando se suministran para tratar diversos padecimientos. La cepa cultivada por los hermanos Stanley posee apenas un 0.3%, o menos, de THC; es esa cantidad casi insignificante lo que aleja a estos niños de la posibilidad de una vida mejor. Por ese 0.3% la ley dice que estos pequeños deben seguir padeciendo sus terribles convulsiones.
Enfermedad catastrófica
Entre los tipos de epilepsia refractaria se encuentra el Síndrome Lennox-Gastout (LG), ese que en sus peores momentos obligó a la niña regiomontana, Grace Elizalde —quien se ha convertido en el caso emblema de esta problemática— a convulsionar hasta 300 veces por día. Daniel, un joven de 19 años que conserva el aspecto de un niño, también lo padece. En su honor, y como una forma de apoyar a otros en su situación, sus padres crearon la Fundación Dani Danee Nalú para niños con Síndrome de LG.
Médicos y especialistas lo definen como “una enfermedad catastrófica”. Y lo es. En el peor de los casos, hay niños que llegan a un punto en el que su cuerpo no puede parar de convulsionar. Son momentos críticos en los que se hospitalizan para tratar de controlar las crisis con medicamento vía intravenosa. Cuando eso no funciona, llegan al último recurso disponible: inducir un coma por un periodo de 24 a 72 horas, del que muchos no despiertan.
El LG es casi siempre una mutación del Síndrome de West y se manifiesta a muy corta edad: desde los seis meses y hasta los dos años. Omar Soto, director de la Fundación Danee Nalú y padre de Daniel, revela una terrible realidad: se estima que de cada 10 niños diagnosticados sólo dos llegarán a la edad adulta.
Antecedentes
> El pasado 10 de octubre la senadora priísta Cristina Díaz presentó una iniciativa para reformar los artículos 235 y 237 de la Ley General de Salud.
> Estos prohíben el uso terapéutico de la marihuana y, además, la Ley de Impuestos Generales para permitir su importación.
> De aprobarse estas leyes, una luz de esperanza brillaría para los dos millones de personas que padecen epilepsia en México.
> Esto de acuerdo con cifras reveladas por Lilia Núñez Orozco, investigadora de la Asociación Mexicana de Neurología.