‘Hechos alternativos’ al estilo Coahuila
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Como en la administración de Donald Trump, el Gobierno de Coahuila también propaga “hechos alternativos” para justificar lo injustificable. Explico por qué.
Luego de ser separado de la Jefatura de la Oficina del Ejecutivo (en la que sirvió los primeros siete meses del sexenio de Rubén Moreira), y fungir como presidente del Comité Directivo Estatal del PRI, David Aguillón Rosales declaró a finales de junio de 2015 que sería “asesor en políticas públicas” del Gobernador.
Y así fue. En el boletín del 17 de julio de 2015 la Unidad de Comunicación Social ya lo menciona como “asesor” durante un evento público en Torreón. Desde entonces no ha habido un comunicado en sentido contrario para informar que han dado por concluida la relación laboral con él. Porque eso es, a fin de cuentas: un salario que se paga con el erario.
Sin embargo, si usted trata de rastrearlo en el organigrama encontrará sólo humo. Y en las respuestas de las dependencias involucradas, “hechos alternativos”.
A través del documento OE-UT-045-2017 la Secretaría Técnica informa que “esta persona (Aguillón) no pertenece a la plantilla del personal del Despacho del Gobernador, por tal motivo no se cuenta con ningún dato”.
Como si haciendo un mantra, al estilo de Karime Macías de Duarte, fuera a cambiar la realidad: Sí merezco abundancia. David Aguillón no existe. Sí merezco abundancia. David Aguillón no existe.
La Oficina del Gobernador, por su parte, en el oficio OE-UT-029-2017 responde que “no se encuentra dentro de la plantilla de servidores públicos que integra el Despacho del Gobernador o cualquiera de las unidades administrativas adscritas a éste”.
Y la Secretaría de Finanzas, a través de la subsecretaría de Egresos y Administración, especifica que fungió como jefe de la Oficina del Gobernador del 1 de diciembre de 2011 al 30 de junio de 2012. Pero nada más.
Es decir, estamos frente a una ilusión óptica. Un holograma. Una figuración.
Tampoco hay pista de él entre los “asesores internos”, pues la Secretaría Técnica sólo da referencias de Arturo Berrueto, con 35 mil 500 pesos mensuales, Armando Guerra con 45 mil, y Rubén Aguilar –del cual he publicado en este mismo espacio que se llevará en seis años 11 millones 426 mil pesos– a razón de 174 mil al mes mediante la persona moral Afán y Asociados S.C.
No sólo eso. Recientemente fue exhibida una conversación de texto entre el presidente de la Fundación Colosio y el consejero del Instituto Electoral de Coahuila, Alejandro González Estrada, en la cual Aguillón ostenta que tiene acceso directo a la Secretaría de Finanzas, luego de que le pidiera un favor el funcionario electoral (cuya remoción, dicho sea de paso, sigue congelada en el INE pese a que fue presentada una queja el pasado 9 de enero).
A quién recurrir para desenredar esta situación kafkiana, ¿al ICAI? (su expresidenta, Teresa Guajardo, es actualmente candidata del PRI y la vacante que dejó no ha sido ocupada hasta no recibir la orden de El Gran Dedo).
No es el único caso en que aprovecha la confusión el grupo en el poder. El 24 de marzo el periódico Reforma dio cuenta de una entrega de tinacos en Saltillo a nombre del PRI, pero rotulados con nomenclatura del Gobierno del Estado, “Coahuila Avanza”.
Lo mismo sucede con las dádivas que se reparten a través de los Comités de Política Popular y Acción Social (Comppas). Las despensas, los focos, el impermeabilizante, la pintura, el sellador. Se trata de una estructura metaconstitucional que pertenece a la Secretaría de Desarrollo Social, controlan “Las Amigas” (Rodrigo Fuentes dixit), pero sirve al PRI.
Y sucede, particularmente, a una semana de que inicien las campañas electorales más competidas de la historia contemporánea en Coahuila.
Cortita y al pie
Que no se noten los límites entre partido y Gobierno. Que no se sepa si son de izquierda o de derecha. Que no se distinga si estamos viendo la bandera de México o el emblema del PRI.
¿A quién conviene la simbiosis?, ¿hasta qué punto son militantes?, ¿hasta qué punto son funcionarios?
Mientras tanto, transitan por el terreno de la vacilación. Sin atribuciones específicas, sin ninguna prohibición (y lo que no está prohibido, está permitido). Por algo el principio más básico de la democracia es la división de poderes.
Ahí se sustenta el sistema político. De Montesquieu para dummies.
La última y nos vamos
Parafraseando a Marx y Engels, un fantasma recorre Coahuila: el fantasma de David Aguillón. En las sombras, fuera del marco institucional, entrando y saliendo a placer por la Ley Orgánica de la Administración Pública del Estado, tras bambalinas, como el fantasma de la ópera.
Pero más que una ópera, es un burlesque, una bacanal a punto de terminar.
@luiscarlosplata